El poder de los batidos de fruta

Un joven intolerante a la lactosa popularizó esta bebida que deberíamos tomar todos los días para darle un regalo a nuestro cuerpo.

Por Alexandra Rada

28 de septiembre de 2019

Los batidos se preparan con la fruta entera, no deben colarse. / Foto: Getty.

Los batidos se preparan con la fruta entera, no deben colarse. / Foto: Getty.

Hay pocos hábitos tan sanos como el de tomar batidos saludables. El smoothie, como se conoce mundialmente, es una fórmula sencilla, abierta a mil combinaciones, con la que el consumidor se puede dar el gusto de poner a trabajar su creatividad y, al mismo tiempo, aportar a su organismo una serie de nutrientes esenciales y fundamentales.

Tal ha sido el éxito de estas fórmulas nutritivas, que en muchos países empezaron a proliferar negocios de smoothies listos para consumir. La historia es reciente. Todo comenzó en 1970, cuando Steven Kuhnau, un adolescente intolerante a la lactosa, comenzó a hacer batidos de fruta fresca y hielo para poder reemplazar las malteadas con las que lo antojaban sus amigos.

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Su invento resultó ser una maravilla: le ayudó a controlar el nivel de azúcar en su sangre y sus alergias. Por eso pensó que su idea podría convertirse en un negocio. Así surgió Smoothie King, un local en el que vendía vitaminas y batidos saludables. En la actualidad cuenta con más de 900 franquicias en todo el mundo.

El joven Stevie convirtió en marca un término que dijo haber escuchado a los hippies de los años 60, cuando hacían bebidas a base de jugos de frutas.  Pero los smoothies no fueron un descubrimiento de los hippies. Los batidos surgieron hace siglos y han tenido mucha fuerza en Latinoamérica, debido a la enorme diversidad de frutas y verduras que existe en la región.   

Por su poder, se recomienda adquirir el hábito de consumir al menos uno al día. Vale la pena aprovechar toda esa riqueza que tenemos a la mano: una rica papaya, una jugosa piña, un intenso lulo, un dulcísimo mango... Casi todo se puede mezclar, solo es cuestión de poner a trabajar nuestra imaginación y empezar a probar nuestras combinaciones favoritas.

Sus beneficios

Hay varios libros que giran en torno a las enormes posibilidades de los smoothies y explican sus beneficios de acuerdo con las necesidades de cada persona. De esa extensa bibliografía hemos elegido dos sencillas fórmulas.

Antes de presentarlas, no obstante, es bueno aclarar algo que suelen preguntar los pacientes: ¿cuál es la diferencia entre los jugos y los smoothies? La primera diferencia es la consistencia: el jugo es más líquido. Para prepararlo, la licuadora se mantiene a una velocidad media o alta, de tal forma que todos los ingredientes se integren en la mezcla. En el batido suelen aparecer elementos sólidos y la bebida es más espesa, tiene mucho más cuerpo. La licuadora debe funcionar a una velocidad media o baja, y durante más de tiempo.

Desde el punto de vista nutricional, la diferencia es sustancial. Por eso los smoothies son mejores que los jugos. Los batidos se preparan con la fruta entera, no deben colarse. Por esta razón, tienen mucha más fibra. Además, al incluir verduras, aumenta el contenido de ácido fólico y disminuye la concentración de azúcar. Son bebidas que ayudan a quemar grasa, desintoxican y dan energía.

El único caso en el que los batidos pierden frente a los jugos es cuando les añadimos ingredientes como  helado, leche o azúcar. Seguro la bebida quedará deliciosa, pero no será beneficiosa para la salud, solo para el paladar. 

Smoothie para ‘cargar las pilas’

Se conoce como el smoothie verde de los marineros y da una buena dosis de energía en el desayuno.

Ingredientes:

1/2 taza de uvas verdes.
1/4 taza de yogur (ideal que sea de vainilla y bajo en grasa).
1 taza de espinaca fresca.
1/2 banano pelado.
1/2 manzana pelada.
50 gde piña fresca.
1 taza de cubitos de hielo.

Smoothie detox

Su poder limpiador es ideal después de un fin de semana de comida basura.

Ingredientes:

1 zanahoria.
1 manzana verde.
1 pera.
1 ramita de perejil.
1 hielo troceado.

Lavamos la fruta. Cortamos la manzana y la pera (conservamos la piel). Troceamos la zanahoria, le añadimos el perejil picado y llevamos todo con un poco de agua y hielo a la licuadora. Batimos bien hasta que quede homogéneo.

Por Alexandra Rada

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