Entre lazos e intercambios

Era una niña cuando una cámara de televisión se posó sobre ella. A los 13 años empezó a inter-actuar bajo un libreto con los integrantes de la familia Vargas. Se trataba de la prima Donna: la joven inteligente, bonita y culta a la que todos temían.

Ese programa de televisión fue el primer contacto que Genoveva Nieto estableció con el mundo del espectáculo. Allí hizo parte durante siete años de las aventuras diarias de la señora Renatica, Ramoncito y Josefa.

Abandonó el programa fascinada por la televisión, pero tenía claro que quería experimentar su talento detrás de cámaras. Por eso decidió estudiar dirección de cine y televisión en París. Vivió en el exterior otros siete años y estuvo vinculada a la oficina cultural de la embajada de Israel. A su regreso a Colombia trabajó con Cromos, Cenpro y Caracol.

Aunque su pasión por los planos y los ángulos era enorme, el desequilibrio de los proyectos televisivos terminó por agotarla. Ella misma confiesa los dolores de cabeza que padeció en aquella época: “La inestabilidad era perjudicial porque sabía cuándo empezaba a grabar, pero jamás cuándo terminaba. Además tuve que soportar varias cancelaciones de proyectos, lo que hizo lento el desempeño”.

Entonces decidió darle otro rumbo a su trabajo. Su carrera alzó vuelo. Trabajó con éxito primero en Aviatur y después como directora corporativa para América Latina en L’alianxa. Allí llegó por medio de Jean Claude Bessudo, quien referenciado por la familia de Genoveva le ofreció trabajo en este rubro. Cinco días antes de la caída de las Torres Gemelas, Nieto empezó a construir una red en el mundo de los viajes que duró un poco más de ocho años.

En agosto de 2010 decidió tomarse un descanso, un año sabático en el que pudiera escapar de su rutina y reflexionar sobre su vida. Viajó por Los Llanos, La Guajira, Santa Marta y numerosos parques naturales. Más adelante visitó a su hermana en Nueva York y después cruzó el Atlántico hasta llegar a París.

Su año de vacaciones terminaba en agosto y sin embargo, en febrero recibió una noticia que cambió sus planes: Ivonne Nicholls, el ícono de las relaciones públicas en Colombia, se había despertado una madrugada pensando en Genoveva como su posible sucesora después de 39 años de ser parte de la familia Seguros Bolívar.

Entonces, ya en Colombia, Nieto empezó un proceso de selección para el cargo que duró cerca de tres meses. Ahora, desde la oficina de jefe recuerda: “Me hicieron más de 10 entrevistas. Fue un proceso difícil. No sé con quién estaba compitiendo, pero al final salí seleccionada”.

Sus mayores propósitos son aprender de Ivonne, seguir fortaleciendo los lazos de la compañía, mantener la solidez del Premio de periodismo Simón Bolívar e innovar desde las redes sociales y la tecnología su trabajo en las relaciones públicas.