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¿Eres el ángel o el demonio de tu relación de pareja?

Las mujeres somos intuitivas, creativas, bondadosas y maliciosas. ¿Tú cómo eres?

Por Redacción Cromos
21 de septiembre de 2016
¿Eres el ángel o el demonio de tu relación de pareja?

Nuestros comportamientos en las relaciones sentimentales están fundamentados por los hechos de nuestras parejas, así que desarrollamos tanto nuestra intuición que sabemos en qué momentos debemos portarnos bien y en cuáles mal. Sin embargo, y sin ser sorpresa para ninguna somos más malas que buenas.

 

A continuación enlistamos una serie de actitudes que  te pueden encasillar en buena o mala novia o esposa.

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No responderle cuando llama

 

Es verdad, es una de nuestras mejores tácticas para hacernos sentir, aunque algunas exageramos nuestra ira y la llevamos a otro nivel. Si eres buena, tardarás una hora máximo para responderle sus mensajes o sus llamadas, pero si por el contrario eres mala y no tienes un poquito de consideración con el sujeto la molestia puede durarte hasta una semana.

 

 

Lo manipulas

 

Hay comportamientos que definitivamente funcionan tanto que logras conmover sus corazones, el llanto es uno de ellos. Cada vez que quieres conseguir alguna cosa, o complacer algún capricho recurres a las lágrimas para mostrarte como una víctima. Si eres buena cuando obtienes las cosas paras el drama, pero si realmente tienes un alma maléfica el drama será el pan de cada día y lo manipularás tanto que siempre terminará cediendo a lo que quieras.

 

 

Lo provocas

 

Si estamos en una crisis de estrés o molestia por algo que dejaron de hacer, por ejemplo dejar pasar una fecha importante, el aniversario, o el cumpleaños de nuestra madre, sacamos el demonio que hay en nosotras y empezamos a hacer cosas para provocarles celos, o angustias que al final tienen solo el propósito de hacerlos sentir mal.

 

Si actúas bondadosamente dejarás pasar este tipo de situaciones, pero si eres realmente mala cada vez que puedas le sacarás en cara lo terrible de su actitud y comportamiento, llevándolo a que te pida disculpas siempre que menciones el tema. 

 

 

 

La burla es nuestra mejor arma de conquista

 

Nos referimos específicamente a una burla sana, que les dibuje una sonrisa en la cara y que no les dé la posibilidad de pronunciar una sola palabra. Claro está que ellos no pueden hacer lo mismo con nosotras, porque nos lo tomamos de manera muy personal y es ofensivo.

 

Reírte de las cosas que hace, o de sus actitudes cuando no tiene la razón te convierte en una pequeña “diabla” y aun sabiendo sigues haciéndolo, sin piedad y con la certeza de ganarte mucho más, porque si hay algo que les gusta a los hombres es la sinceridad y la franqueza de las mujeres.

 

En este caso ser buena no es lo más recomendado, porque sus efectos pueden ser contraproducentes para nosotras.

 

 

Foto: Istock. 

Por Redacción Cromos

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