Es el mejor año de mi vida: Taliana Vargas
“Este año comenzó con un encuentro de intimidad con el cielo muy especial. Aunque a mitad de 2013 hice el Festival del Humor y mil cosas más, terminé enfocándome en algo que no tenía previsto: hice realidad el sueño de mi vida: mi fundación, Casa en el Árbol”, dice Taliana Vargas cuando hace un balance del año que está por terminar. Se le ve feliz, tranquila, y con mucha energía. A los 25 años, la actriz y modelo está más linda que cuando fue reina hace ya seis años y está convencida que del cielo es de donde llegan las cosas buenas.
“El 2013 es, sin duda, el año más importante de mi vida, lo voy a recordar siempre”, agrega. Y explica las razones: “Yo veía mi fundación como algo imposible y al final las cosas han salido muy bien, tengo 180 niños y 80 madres a las que estoy ayudando. Conocí a un hombre extraordinario que me ama y me apoya en todo. Tengo la propuesta en televisión que siempre había esperado, fueron muchas bendiciones, conseguí el equilibrio en mi parte espiritual, de pareja, profesional, en el servicio y todavía el año no termina”.
Taliana hace memoria del camino recorrido y reconoce que entender que todo está en manos del cielo le tomó algún tiempo. “Yo desde hace años busqué por el budismo, el hinduismo y por muchas partes, para después de todo volver al punto de partida, a eso que me enseñaron en mi casa, a sentir la fe, al poder del Rosario, a vivir una Eucaristía. Todo ha sido un regalo de Dios y es que si uno sabe esperar las cosas son perfectas”.
Sigue a Cromos en WhatsApp
Una Casa en el Árbol
Al comienzo, hace casi dos años cuando la idea comenzó a darle vueltas en la cabeza, Taliana veía que la fundación era casi un imposible. Hoy está funcionando y ya ayuda a 180 niños y 80 madres cabeza de familia. La Fundación Casa en el Árbol (www.fundacioncasaenelarbol.org) está en el Barrio de los Milagros en Santa Martha y su misión es integrar a la familia por medio de niños, madres y jóvenes. “Tenemos el programa de Fútbol por la Paz, en el que los 180 niños desde los 3 a los 18 años comienzan a formarse como líderes y a tener valores mediante el deporte, que en este caso es como una excusa, porque lo que queremos es ayudar”.
La idea de Taliana Vargas es también usar el arte para crear grandes seres humanos. “Pero esto es un poco más difícil, así que vamos poco a poco. A las madres ahora les damos ayuda psicosocial porque en este barrio -que no tiene servicios públicos, en donde las casas son de cartón, que vive en la línea del ferrocarril, un lugar golpeado por la violencia- necesitan mucha ayuda. Los programas están andando y con un grupo de voluntarios y de personas maravillosas hemos conseguido a los mejores aliados y cuento con grandes alianzas. Sin un peso, porque todo esto ha salido sin donaciones. Es gracias a gente que ha entendido que el propósito de todos debería ser compartir un poco de lo que tenemos”.
Taliana explica que el fútbol ha dado buenos resultados en la fundación. “Antes de comenzar cada proyecto, se hace una investigación -en este caso fueron dos años- pero vale la pena cuando se ven los resultados: acá hay reglas diferentes porque la idea es hacer mejores. Enseñamos que no gana el equipo que más goles meta sino el que menos faltas cometa, el que ayude a los niños a hacer goles”. Y aunque para jugar fútbol no se requiera más que un balón, la fundación ahora está buscando guayos para sus pequeños. “Necesitamos la donación de 180 pares de guayos, los colombianos verán pronto que si todos colaboramos podemos proyectar grandes jóvenes”.
El siguiente paso será mostrar su Fundación a los medios de comunicación para así conseguir que la empresa privada se vincule. “No quise hacer un lanzamiento antes porque quería estructurarla y mostrar resultados, ahora es sostenible y podremos ayudar a más niños y mujeres si los colombianos y las empresas se vinculan”, explica.
Y concluye: “Somos sobrevivientes de una guerra de hace muchos años, estamos en un momento crítico, en un tiempo de cambio y si no sacamos la bandera del perdón, no les damos oportunidades a las víctimas –considero que todas las personas que han sido parte de la guerra han sido víctimas– no podremos cambiar el futuro. El momento llegó y debemos unirnos para ayudar”.