Si nota dificultades en su capacidad para reconocer cosas nuevas, le duele la cabeza sin motivo aparente, se le han empezado a olvidar cosas o sufre de bloqueos mentales, no es que esté despistado, tal vez está manifestando algunos de los efectos de la contaminación electromagnética invisible.
El entorno nos somete a un sinnúmero de agentes contaminantes, en dosis muy bajas y de forma imperceptible para los sentidos, pero que tienen un efecto acumulativo y que, a la larga, perjudican nuestra salud.
Aunque la cabeza, el cerebro y el sistema nervioso estén funcionando de la manera adecuada, los efectos de la contaminación invisible pueden estar creando algunos bloqueos o afectaciones que hacen que el cuerpo se sienta mal de manera recurrente, aunque usted no lo sepa. Esta constante exposición a las radiaciones desequilibra el organismo, especialmente afecta el temperamento.
Sigue a Cromos en WhatsAppLos cambios electromagnéticos externos pueden generar alteraciones en el campo eléctrico del organismo, lo que se manifestaría en enfermedades; y sucede así porque cuando se han eliminado los estímulos nocivos el organismo inicia su “proceso de curación” de manera automática.
Duván Vázquez, médico cirujano especialista en terapias alternativas, recomienda consumir agua, alimentos reguladores como frutas y verduras y hacer ejercicio al aire libre.
Se ha determinado que algunas frecuencias electromagnéticas de uso constante pueden provocar trastornos. O cuando la exposición se vuelve crónica, como el constante uso del celular, este emite radiaciones y la mente y el cuerpo no descansan de la manera adecuada. Por eso sugieren sacar el móvil del cuarto y jamás dormir con él al lado, para una mejor higiene del sueño.
“Limpie” su entorno, porque las continuas exposiciones pueden generar ansiedad, depresión, bruxismo, migrañas, irregularidad en el sueño, insomnio, somnolencia y cansancio inusual.