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¿Existe el hombre perfecto?

¿Tienes un buen amigo de esos que puede clasificarse como el hombre perfecto?

Por Redacción Ellas
09 de junio de 2017
¿Existe el hombre perfecto?

 

Es talentoso, detallista, buen bailarín, sabe cocinar, es trabajador y responsable; de vez en cuando aparece con trucos de magia y resguarda sus constantes éxitos profesionales de cualquier tipo de pavoneo. El hombre, además, tiene una familia adinerada, es bueno en la cama (dicen, claro, no me consta) y su apariencia guarda una justa medida –ni irremediablemente sexy ni trágicamente feo-.

 

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Es el hombre del que tantas veces se ha dicho: “Sería el padre de mis hijos…”.

 

 

Sería…, pero no. Una y otras muchas veces, mi amigo se ha encontrado con la misma carta de despedida: te quiero, eres bueno, pero... El hombre lo hace todo: les compone canciones, les regala detalles, espera, incluso, todo el tiempo que sea necesario y sin ningún aspaviento hasta que llegue el momento para comenzar con el sexo. Sin embargo, pasan un par de semanas y el veredicto es inmisericorde: es demasiado buena persona.

 

Ser bonachón no le hace gala al amor

 

Entonces, la única salida es olvidarse de que existen. Si no nos van a querer por las buenas, que nos quieran por las malas. Resulta injusto, pero es una realidad que muchos de los más exitosos en estas lides no son los que colman de poemas y flores e invitaciones y piropos, sino los que dan media espalda mientras conversan, no miran a los ojos, pasan de largo y viven la vida, haciéndoles sentir a sus contrapartes femeninas que poco importan. He conocido casos que incluso han llegado a los insultos, al maltrato. ¿Que alguien me diga en qué retorcido manual del amor consagraron que el arte de hacer sufrir es el arte de hacerse amar?

 

 

Y esto no es todo. La misma lógica se traslada al sexo. Nos han vendido el cuento de que, entre las sábanas, los hombres proponen y ellas disponen. El asunto es el mismo, así como su remedio. Nunca te ha pasado que justo una semana de peculiar avidez sexual, tu hombre anda rezagado, como quien no quiere la cosa. ¿Qué le pasa a tu cuerpo? ¿Te sientes gorda? ¿Poco deseada? ¿De repente experimentas unas ganas extraordinarias por comerte a ese hombre que sólo una semana atrás pasaba trabajo sacándote un polvo?

 

 

Sí, mis señoras. Los hombres estamos descubriendo, a punta de negativas y fracasos, el inmenso placer y los indiscutibles beneficios del arte de decir no.

 

 

Lo sé. Mucho mejor sería el mundo si las mujeres valoraran a los hombres bonachones, listos a complacerlas y hacerles el amor. Pero quiso el creador que el sentirse negadas les despierte una hormonilla oculta. Y los hombres nos estamos enterando de esto. Así que, atención, antes de que los buenos estemos extintos.

 

 

Foto: Istock

Por Redacción Ellas

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