
Fantasías sexuales, ¡Es hora de explorar!
Las fantasías sexuales, esos pensamientos relacionados con escenas eróticas placenteras, son herramientas muy importantes para desarrollar tu vida sexual. No te imaginas todo lo que puedes lograr si sabes reconocerlas y utilizarlas en beneficio de tu vida erótica.
¿Sus ventajas?
1. Estimulan tu deseo, aumentando tu motivación para acercarte íntimamente a tu pareja.
2. Mejoran tus sensaciones físicas, que siempre serán más intensas si tu mente está en un estado erótico excitante.
3. Permiten quitar de tu mente esos pensamientos negativos o distractores que afectan tu desempeño sexual.
4. Como consecuencia de todo lo anterior, aumentan tu autoestima y tu calidad de vida.
La mayor parte de los hombres tienen fantasías eróticas con frecuencia –incluso varias veces en el día y hasta sin razón aparente-, mientras que para las mujeres no siempre es tan sencillo conectarse con esos pensamientos. Incluso en terapia sexual muchas pacientes me han manifestado que no saben cómo generar fantasías sexuales, y que nunca han tenido esas imágenes en su mente.
¿Qué te puedo sugerir al respecto?
1. Busca material que te inspire. No siempre las películas que tenemos más a mano en estos casos, como las del género XXX, son la mejor opción. Te recomiendo más el cine erótico, incluso algunos films románticos, que funcionan mucho mejor. Pero en el caso de las mujeres es mejor aún acudir a la literatura: relatos, poesías y novelas eróticas. Lo más interesante de la lectura es que deja mucho librado a la imaginación y a la creatividad.
2. Siguiendo la línea de lo creativo, puedes hacer un divertido ejercicio. Elige, por ejemplo, dos personajes y un escenario o ambiente en particular. Inventa un guion erótico, en el que al improvisar pueden aparecer otros personajes, escenarios o situaciones. Déjate llevar por las ideas que fluyen, especialmente cuando te erotizas con esos pensamientos en particular.
3. Dedica unos minutos del día, quizás diez, a hacer estas tareas imaginarias. Eso sí, siempre en un momento y lugar en los que nadie te vaya a interrumpir.
4. Comparte las fantasías. Estos pensamientos son tuyos, y es un derecho sexual mantenerlos en el ámbito de tu privacidad. Pero si lo deseas puedes elegir algunos y comentarlos con tu pareja.
5. Aplica ciertas fantasías en la realidad. Hay fantasías que cuentas a tu pareja, pero no las practicas. Otras se cuentan y se pasan a la acción. Disfruta entonces del proceso de crear, pensar, conversar y aplicar. Eso enriquecerá de manera notable tu vida erótica individual y de pareja.
Ahora sí, ¡a disfrutar se ha dicho!
Foto: Istock.
