La búsqueda de la felicidad es un tema recurrente que despierta la curiosidad de científicos y filósofos por igual. Mientras algunos encuentran el secreto en la naturaleza o en llevar una vida sin estrés, un nuevo estudio realizado por las universidades de Pensilvania y California propone una clave inesperada: el tiempo libre. Pero no se trata de cualquier cantidad; la investigación señala que hay un punto exacto que potencia los efectos positivos sobre el bienestar. Más sorprendente aún, exceder ese límite podría ser perjudicial.
¿Cuánto tiempo libre necesitas realmente para ser feliz?
El estudio, que analizó los hábitos de miles de personas, concluyó que el equilibrio perfecto radica en dedicar entre dos y tres horas al día a actividades completamente libres de obligaciones. Este lapso permite un cambio mental que reduce el estrés y fomenta la satisfacción personal, sin que surjan sentimientos de culpa por la falta de productividad.
Sigue a Cromos en WhatsAppEn contraste, tener menos de dos horas libres incrementa los niveles de estrés y reduce la percepción de bienestar. La vida moderna, marcada por agendas apretadas, puede dificultar alcanzar este umbral, dejando a muchos atrapados en un ciclo de agotamiento físico y emocional.
No obstante, aunque pueda sonar paradójico, tener demasiado tiempo libre también genera problemas. Según Marissa A. Sharif, autora principal del estudio, quienes disfrutan de más de cinco horas libres al día suelen experimentar una sensación de inutilidad, lo que deriva en insatisfacción. “El equilibrio es esencial”, comenta Sharif, resaltando que la felicidad no aumenta de forma proporcional al tiempo libre.
Cabe resaltar que más allá de las tres horas de tiempo libre, la “curva de felicidad” se estanca. Este concepto plantea que la satisfacción personal deja de crecer y, en algunos casos, incluso disminuye. Sentimientos como la culpa por “perder el tiempo” o el estrés por tareas pendientes empiezan a dominar.

El tiempo libre no consiste solamente en dormir, sino en disfrutar de otras actividades ajenas al trabajo y otras responsabilidades.
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¿Qué hacer en este tiempo libre?
La clave está en enfocarse en actividades que realmente disfrutes sin buscar productividad. Cocinar por placer, practicar un deporte que te divierta o simplemente leer por gusto son ejemplos perfectos. Estas acciones alimentan el bienestar porque se centran en el presente, desconectando de las exigencias diarias.
Así, queda claro que la felicidad no es un destino, sino un delicado equilibrio entre actividad y descanso. Recuerde: ni la carencia ni el exceso son la solución. La clave está en encontrar el punto medio que le permita reconectar consigo mismo y disfrutar del presente. ¿Ya encontró su momento perfecto?
*Contenido generado con asistencia de la IA.
