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Hombre robó fotos de su amiga en Instagram y las convirtió en pornografía con IA

Publicar fotos en redes sociales parecía inofensivo, hasta que Hannah descubrió que su mejor amigo había usado inteligencia artificial para convertirlas en pornografía. Un caso aterrador que destapó el lado más oscuro de la tecnología y cambió la legislación australiana.

Por Redacción Cromos
19 de febrero de 2025
Publicar fotos en redes sociales parecía inofensivo, hasta que Hannah descubrió que su mejor amigo había usado inteligencia artificial para convertirlas en pornografía.
Fotografía por: STR

Una noche de febrero, Hannah Grundy recibió un mensaje que cambió su vida. Un desconocido le enviaba un enlace con una advertencia: contenía imágenes perturbadoras. Dudó en abrirlo, pero la verdad era mucho peor de lo que imaginaba.

Al ingresar, encontró una web titulada “La destrucción de Hannah”, con cientos de imágenes donde su rostro había sido manipulado con inteligencia artificial para colocarlo en escenas de pornografía extrema. Según contó a la BBC, las escenas venían acompañadas de amenazas de los usuarios, fantasías de violación y sus datos personales: su nombre completo, dirección y hasta su número de teléfono.

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La sorpresa se convirtió en horror cuando descubrió que las imágenes originales habían sido tomadas de sus redes sociales. Al analizarlo, se dio cuenta de que no estaba sola: al menos 60 mujeres más habían sido víctimas. Y lo peor llegó cuando identificó al responsable. No era un extraño. Era su mejor amigo.

El lado oscuro de la inteligencia artificial y las redes sociales

Hannah nunca imaginó que compartir momentos cotidianos en Instagram y Facebook la pondría en peligro. Sin embargo, su amigo de confianza, Andy Hayler, usó esas imágenes para crear deepfakes pornográficos sin su consentimiento.

Este caso reveló una cruda realidad: cualquier imagen publicada en redes sociales puede ser manipulada con inteligencia artificial para crear contenido falso. Lo que antes requería conocimientos avanzados y horas de edición, ahora es posible en segundos con herramientas accesibles en línea.

Las víctimas de estos montajes no solo sufren el impacto emocional de ver su imagen en situaciones degradantes, sino que también enfrentan consecuencias legales y sociales devastadoras. Sus identidades se ven expuestas, reciben amenazas y son revictimizadas por un sistema que aún no está preparado para enfrentar este tipo de delitos.

Un proceso legal lleno de obstáculos

Hannah acudió a la policía de Australia con la esperanza de obtener ayuda, pero la respuesta fue decepcionante. Le preguntaron qué había hecho para provocar a Andy y hasta minimizaron la situación sugiriéndole que simplemente le pidiera que parara.

Ante la indiferencia de las autoridades, ella y su pareja decidieron tomar cartas en el asunto. Contrataron expertos en seguridad digital y recopilaron pruebas hasta que lograron que la policía actuara. Cuando finalmente arrestaron a Andy, el sistema legal australiano se enfrentó a un vacío normativo: no existía un delito específico para castigar la creación y distribución de pornografía deepfake.

Pero Hannah y otras 25 víctimas no se quedaron en silencio. Lucharon para que Andy fuera juzgado por el impacto real de sus acciones. Su caso sentó un precedente y logró que en Australia se comenzara a legislar sobre el uso indebido de la inteligencia artificial para transformar imágenes con fines abusivos.

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El peligro invisible de la pornografía con IA y cómo protegerse

El caso de Hannah es solo la punta del iceberg. Cada vez más mujeres en el mundo están siendo víctimas de este tipo de violencia digital, y la tecnología sigue avanzando a un ritmo más rápido que la legislación.

Hoy, compartir fotos en redes sociales puede convertirse en un arma de doble filo. Para reducir los riesgos, los expertos recomiendan:

  • Configurar cuentas privadas y limitar quién puede ver las publicaciones.
  • Evitar compartir imágenes con información personal o geolocalización.
  • Monitorear el uso de imágenes personales en internet con herramientas de búsqueda inversa.
  • Denunciar cualquier contenido falso y buscar asesoría legal de inmediato.

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El impacto de un caso que hizo historia en Australia

Andy Hayler fue sentenciado a nueve años de prisión en un fallo sin precedentes. Sin embargo, la lucha de Hannah no terminó ahí. Su caso ha impulsado cambios en la legislación australiana y ha puesto sobre la mesa una conversación urgente sobre los peligros de la inteligencia artificial y la falta de regulación en el uso de imágenes en redes sociales.

Esta historia es un recordatorio de que la tecnología, en las manos equivocadas, puede convertirse en un arma peligrosa. Pero también demuestra que la resistencia y la valentía pueden generar cambios.

Hannah no solo recuperó su voz, sino que la usó para proteger a otras mujeres y exigir justicia en un mundo digital donde la línea entre lo real y lo falso es cada vez más difusa.

*Contenido generado con asistencia de la IA.

Redacción Cromos

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