«Voy a ser presidente» Jaime Garzón
La figura de Garzón representa la actitud de la gente que habita un país que, con frecuencia, resulta difícil de "vivir". La risa y el humor están de moda en Colombia. Está comprobado que la risa es buena para la salud, que está in ser amable. Tal vez por eso hay una nueva generación de comediantes y humoristas que pretenden mantener una sonrisa dibujada en el rostro de todos los colombianos. Esta edición de Cromos está dedicada a todos quienes todavía encuentran placer en el humor.
Jaime Garzón no quiso hablar de su vida. No quiso hacer en esta ocasión un perfil tradicional porque -según él- está "confundido". Dice que ante la desconfianza que profesa por la historia, por los historiadores, por la forma en que consignan las anécdotas en los libros, por la facilidad de alterar papeles, por la miopía de las notarías, por la sofisticación de los sistemas electromagnéticos que permiten montar casetes y videos...
Por todo esto, Garzón decidió recurrir a la ciencia. Este abogado de la Nacional afirma haberle pedido a Manuel Elkin Patarroyo «varias pruebas de carbono 14, ADN, y ELN» para descubrir sus verdaderos orígenes. Los resultados, según una lista arrugada que carga Garzón en el bolsillo derecho de su pantallón, fueron sorprendentes. Patarroyo afirma, (según Jaime) que «Garzón es una especie evolutiva que procede de Soledad Román y Rafael Núñez». A partir del diagnóstico, muchas cosas quedaron claras para este humorista. De la primera -Doña Soledad- heredó «el gusto por la Kola Román» (gaseosa poco conocida en el antiplano, dominio territorial de Garzón) y del segundo -Don Rafael- , «el gusto por la política y una extraña fijación por los himnos nacionales de las naciones del mundo».
Sigue a Cromos en WhatsAppGarzón, el más contundente representante del humor nacional, espejo lúcidamente distorsionado de Colombia, accedió a entregarle a CROMOS su Hoja de vida (que contiene datos inéditos) y algunas de las más queridas piezas de su álbum fotográfico familiar. Están las fotos de su niñez. Asegura Garzón que el hermosoniño rubio allí aparece es él.
Están las fotos de su época de alcalde en Sumapaz, días en los que según él, tenía una buena dentadura que se dañó cuando era guerrillero y no podía usar cepillo de dientes, sino hacer buches en los ríos.
También están las fotos de sus días de gavirismo recalcitrante; los retratos de sus inquietudes teosóficas (la búsqueda de Buda en los rincones más lejanos del mundo); foto de sus andanzas por la Luna...
En fin, testimonios de la vida de un hombre que, como una buena parte del país, entiende a la risa como una forma de vivir, o mejor, como una forma de sobrevivir. Garzón, hombre bueno, soñador, amigo, cómplice -en el buen sentido de la palabra- se deja ver un poco más en sus fotos y su hoja de vida.