AFP
Hace dos años la selección masculina y femenina de Noruega llegaron a un acuerdo para que cada equipo gane lo mismo. En una decisión sin precedentes, la federación del país nórdico y los jugadores aceptaron tener la misma bolsa por participar en torneos internacionales. Se negoció que ambas selecciones dispongan de 640.000 euros para administrar sus gastos.
Colombia está lejos de seguir los pasos de sus colegas europeos. Lamentablemente, para exigir que se le pague igual a Falcao y compañía y a Yoreli Rincón y compañía habría que refundar el fútbol mundial, empezando por la Federación Colombiana de Fútbol (FCP). Mientras se igualan las condiciones salariales y administrativas de la tricolor, en donde todos y todas sean iguales a los ojos de la FCP, de momento, como aficionados, exijamos a los hombres una voz de aliento por las mujeres colombianas que, además de tener que pagar de su bolsillo el honor de representarnos, sufren de acoso sexual.
¿Qué pasaría si James Rodríguez denunciara acoso en entrenamientos? ¿Se detendría el balón hasta que la justicia y la federación aclaren lo sucedido? Yo creo que sí, pero en este caso, como son dos mujeres en un equipo que está lejos de dignificar su trabajo, el ruido y el escándalo se quedan en redes sociales.
Sin embargo, por más digital que sea, el apoyo debe continuar . Por eso hago un llamado a los futbolistas profesionales colombianos para que exijan garantías para sus pares mujeres. ¿El que calla otorga? ¿Ospina sabrá quién es Carolina Rozo? ¿Davinson tendrá noticias de la respuesta de los responsables de la FCP a las denuncias? ¿Falcao vio el video de las jugadoras Isabella Echeverri y Melissa Ortiz, en el que explican las condiciones en las que laboran para representar a Colombia? ¿Yerry Mina bailará en la próxima concentración, cuando Colombia enfrente a Japón y a Corea del Sur en marzo? La casa se está incendiando.
¿Alguno tendrá los huevos de hablar con Ramón Jesurum? ¿Del portero al delantero sabrán que el país se quedó sin selección femenina porque el vicepresidente Álvaro González es de la misma corriente de Gabriel Camargo, el dirigente del Deportes Tolima, quien dijo en una entrevista “pregúnteles a los del Huila cómo están de arrepentidos con haber conseguido el título (Copa Libertadores), de haberle invertido tanta plata al equipo? Y eso es un caldo de cultivo de lesbianismo tremendo”.
Vuelvo y pregunto: ¿el que calla otorga? La respuesta es obvia. El que voltea la cara frente a la discriminación es cómplice. Y yo quiero que mis ídolos no sean indiferentes.