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Juan Manuel Santos gana el premio Nobel de la Paz

Política y negociaciones, hacen parte de la decisión que tomó el Comité Nobel noruego para hacerlo merecedor de este galardón.

Por Redacción Cromos

07 de octubre de 2016

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Nació: Bogotá, 10 de agosto de 1951

Estudió: economía y administración de empresas en la Universidad de Kansas, en Estados Unidos; maestría en economía, desarrollo económico, y administración pública en el London School of Economics.

Filiación política: Partido Liberal y posteriormente fundó El partido de la U.

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El mandatario colombiano de 65 años, decidió apostarle hace algún tiempo a terminar con la guerra que azota al país hace más de 50 años, un sueño que aunque no se ha cumplido, hoy lo hace merecedor del nobel de la paz.

 

Luego de que el Comité Nobel Noruego resaltara las cualidades, y el compromiso de este bogotano con la nación, a pesar de que en días pasados el plebiscito no diera un resultado favorable para cambiar la historia de Colombia, lo consideran un hacedor de la paz no solo a nivel nacional sino también mundial.  

 

 

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"Seguiré buscando la paz hasta el último minuto de mi mandato porque ese es el camino para dejarles un mejor país a nuestros hijos", decía el domingo tras concocerse la opinión de los colombianos que salieron a votar por los acuerdos de paz hechos con las FARC. 

 

 

Recordamos los momentos más importantes de la vida política de la cabeza de los colombianos, a propósito de esta importante noticia: 

 

 

1. Arranca carrera pública en Londres 

 

En todos los perfiles que se han escrito de Juan Manuel Santos se hace énfasis en que siempre quiso ser presidente y que su pertenencia a una familia poderosa de la oligarquía bogotana era el campo perfecto par hacer realidad su sueño. Su primer puesto, a los 24 años, fue delegado de Colombia ante la Organización Mundial del Café, en Londres. Allí estuvo casi 10 años en los que aprendió del gremio, de economía, algo de diplomacia y lobby internacional, además de estudiar una maestría en London School of Economics.

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2. Regresa a su casa natural, el tiempo

 

Juan Manuel Santos siempre fue considerado como el sucesor natural de su padre en la dirección de El Tiempo. De tal manera que cuando aterrizó en esta casa periodística como subdirector tras su regreso de Londres, estaba empezando a cumplir su destino. Desde esta oficina, hizo el curso completo para aprender de política, de componendas, mientras se movía en los círculos más poderosos del país, que sin falta, tocan las puertas de este periódico. 

 

 

3. Comercio exterior, su primer ministerio 

 

Este nombramiento por parte del presidente César Gaviria, le comprobaría a Juan Manuel Santos que haber abandonado El Tiempo, justo cuando tenía el terreno abandonado para ser director, había sido una buena idea. En esta cartera, recién creada, Santos empezó a demostrar su habilidad como ejecutivo, su pragmatismo y su deseo de escalar en la política. No fue el ministro más carismático. Se caracterizó por el bajo perfil. La prensa lo percibió como un técnico estudioso y disciplinado, algo cascarrabias, que cumplió su tarea con honores. 

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4. Su ingreso a la política 

 

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Antes de 1991 no existía el cargo de vicepresidente y las veces de esta figura las cumplía el designado, una persona elegida en comprenda política que debía, en ciertos casos, suplir al Presidente de la República. En 1993, Juan Manuel Santos logró ser nombrado en este cargo, un poco inútil, sin funciones específicas, pero perfecto para él, que se iniciaba en las lides políticas. 

 

 

5. De conspiraciones, acuerdos y otros delirios

 

Durante el gobierno de Ernesto Samper, Santos logró agitar el ambiente político, mientras era precandidato presidencial: se denunció que estaba armando un complot contra el Presidente, al buscar un supuesto acuerdo de paz entre guerrillas y paramilitares, que incluía la renuncia de Samper. Santos se reunió con Raúl Reyes, de las FARC; Carlos Castaño, jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia; el zar de las esmeraldas, Victor Carranza; Francisco Galán, del ELN y Francisco Caraballo, del EPL. El plan se filtró a la prensa y Santos tuvo que dar explicaciones, que en su momento no fueron bien recibidas.

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6. Pasa a las ligas mayores de la política 

 

El intento frustrado de acuerdo con los que hacían la guerra, dejó a Juan Manuel Santos parado en el terreno de la búsqueda de la paz. En esas se encontraba -trabajando con la ONU y con Álvaro Leyva- cuando llegó inició la presidencia Andrés Pastrana. De esta forma, integró una comisión de verificación a la zona del despeje, al inicio del proceso de negociación con las FARC, en el Caguán. La comisión sucumbió en las reiteradas crisis del proceso, pero Santos logró mantenerse vigente en el tema de la paz.

 

 

7. Un ministerio impopular, un jugador muy hábil

 

Su llegada a este ministerio se logró por una hábil jugada política de Santos: primero le hizo oposición al gobierno y luego, cuando Pastrana tenía una fuerte crisis de gobernabilidad, se apareció como el salvador, logrando un acuerdo político para hundir un referendo que pretendía tumbar al presidente y así logró hacerse al cargo en un momento muy complejo para las finanzas del país: 20% de desempleo, inflación que amenazaba con llegar a los dos dígitos. Manejó con habilidad el Congreso para lograr las medidas de ajuste necesarias (incluso reviviendo los auxilios parlamentarios o mermelada, como le dirían hoy). Por esa época se ganó el apodo de Chuky y su foto era quemada en fuertes protestas en la Plaza de Bolivar.

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8. Por fin, el ministerio que había soñado

 

Dicen quienes lo conocen que además de soñar con la presidencia de la República, Santos anhelaba ser ministro de Defensa. Una vez más, su habilidad política lo llevó al cargo, a pesar de que el presidente Álvaro Uribe no era su mejor amigo. Allí el hoy presidente empezó a asestar los más fuertes golpes a las FARC (la muerte de Raúl Reyes comprobó que el secretariado no era intocable), organizó la famosa operación Jaque que puso en lo más alto el prestigio de las Fuerzas Armadas, pero además manejó con astucia el escándalo de los falsos positivos, entre otros. 

Por fin logró ser un ministro popular.

 

 

9. El sucesor

 

Su rutilante paso por el ministerio de Defensa le dio la publicidad suficiente para dar el siguiente paso: ganarse la confianza de Álvaro Uribe para que lo ungiera como su sucesor. Su campaña fue polémica por utilizar métodos de desprestigio contra su principal contendor, Antanas Mockus y porque creció a la sombra de Uribe, justamente lo mismo que le critica hoy a Óscar Iván Zuluaga. No fue el mejor candidato -en los debates lo superaban con creces Mockus y Gustavo Petro- pero logró su objetivo. Apenas se puso la banda tricolor, se demarcó de Uribe, quien hoy lo llama traidor.

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10. Paz y protestas 

 

Sus cuatro años en Palacio estuvieron marcados por protestas ciudadanas, como las de los estudiantes universitarios que le hicieron echar para atrás una reforma a la educación superior o el paro nacional agrario, que logró desestabilizar su gobierno. El proceso de paz que inició con las FARC en La Habana, terminó siendo no su principal logro, sino el mejor motivo de ataque por parte de sus opositores. Las cifras en economía le son favorables, pero la percepción de inseguridad de los ciudadanos, más la campaña de desprestigio mutuo en la que se trenzó de su principal contendor, lo han puesto en la cuerda floja. 

 

 

Fotos: Archivo Cromos - Getty

Por Redacción Cromos

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