La foto de la polémica/Tomada del Instagram matteomenicocci
Para que un beso sea inmortal se necesitan dos personas. En este caso, también se necesita que uno porte kipá (gorra típica de los judíos) y el otro un sombrero palestino. Si algo queda faltando a esta suerte de miniproducción detrás de una foto es el contexto. Jerusalén es quizás la ciudad que mejor representa las enormes diferencias entre Palestina e Israel.
Ahora sí vamos al punto de partida: en una calle de la histórica urbe, dos turistas laicos realizaron una foto que quería proponer un mensaje contundente. "Nos la hicimos para provocar. Queríamos defender los derechos LGTB ante la cultura judía y musulmana, que no siempre los respetan", dijo el fotógrafo Matteo Menicocci al diario español El país.
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Algunos de los que la compartieron desconocían la historias detrás de esta pareja. "Es el encanto del arte y el del disfraz. Me siento orgulloso de que mucha gente se haya visto reconocida en esta foto y que sirva para reivindicarnos. Una imagen puede valer mucho más que mil palabras", dijo Menicocci. Cuando le preguntaron si había engañado a los que creyeron que se trataba de un israelí y un árabe, respondió lo siguiente: "en ningún momento hemos dicho que fuéramos un judío y un musulmán; queríamos provocar con una imagen que habla de paz".
Si aplicáramos este ejercicio a Colombia, ¿a quiénes te imaginarías fundiéndose en un beso al mejor estilo Barack Obama y Hugo Chávez? En 2011 la marca Benetton lanzó 'Unhate', una polémica campaña que juntó en un beso a personalidades como Benedicto XVI y El-Tayeb, el imán de la mezquita Al-Azhar, en El Cairo.