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La belleza estética de El Gran Hotel Budapest

Con nueve nominaciones, este film de Wes Anderson tiene una magia visual como ningún otra que seguramente le ayudará a llevarse la mayoría de premios.

Por Redacción Cromos
13 de febrero de 2015
La belleza estética de El Gran Hotel Budapest

La belleza estética de El Gran Hotel Budapest

Todo empieza en el antiguo cementerio Luzt, donde una mujer visita la tumba del llamado ‘tesoro nacional’, el escritor del libro que lleva en sus manos The grand Budapest Hotel. De inmediato, la historia de se remonta a 1985 donde aquel autor comienza a narrar cómo la historia de su obra le llegó de manera completamente inesperada.

Así el relato se traslada a las nevadas montañas de Nebelsban en la ficticia República centoeuropea de Zubrowka, para dar inicio a una historia contada estéticamente con tan encantadora meticulosidad que evoca épocas pasadas del cine en donde cada encuadre esta tan perfectamente cuidado que resultaba ser una fotografía digna de ser exhibida en la pared de cualquier galería de arte.

El gran hotel Budapest cuenta la historia de Gustave H. (interpretado por el actor Ralph Fiennes), el  conserje del lujoso hotel. Un hombre de modales impecables que ha entregado su vida al hotel y al servicio de sus clientes, los cuales son en su mayoría mujeres mayores que encuentran en este leal personaje un compañero que les brinda compañía y cierta dosis de placer.

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Gran Hotel Budapest

 

Una de ellas es Madame D. (Tilda Swinton) quien luego de un habitual paso por el hotel, fallece en extrañas circunstancias dejándole como herencia a su incondicional amigo, un cuadro renacentista de valor incalculable. El generoso regalo de Madame D. es el comienzo de una disparatada aventura que llevará al conserje y Zero, el nuevo ‘botones’ del hotel (Tony Revolori) al que Gustave apadrina, a enfrentar traiciones, persecuciones y hasta fugas de prisión presentadas al espectador en un relato cargado de humor absurdo, ingenuidad y perspicacia que envolvuelve y roba el corazón del espectador de principio a fin.

Sin embargo la verdadera riqueza de esta película se encuentra en su condición estética tan propia, además, del estilo personal, su director Wes Anderson. Como buen apasionado de la cultura pop, El Gran Hotel Budapest deslumbra por su estética pulida y retro con una muy pensada dirección de arte y puesta en escena. Así pues el vestuario, maquillaje y cada detalle de los escenarios y del universo que compone esta historia está cargada de color y de una atmosfera de ‘pasado moderno’ que genera una continua sensación de nostalgia sin dejar de lado el ingenioso humor que la atraviesa.

 

Curiosidades de la película:

A continuación algunos datos curiosos sobre la película:

• La República de Zubrowka está en Görlitz: En medio de una larga búsqueda, Wes dio con Görlitz, un pequeño pueblo en la frontera entre Alemania, Polonia y la República Checa que es patrimonio de la UNESCO por su perfecta conservación.

• Los pasteles de MENDL’S, fueron creador por la pastelera local Anemone Müller-Grossman. En este video es posible ver la receta original. 

Video Thumbnail

 

• El gran hotel Budapest no es real: a pesar de la exhaustiva búsqueda de un hotel donde rodar, Wes no pudo encontrar uno que fuera original de los años 30 y siguiera en pie. Asi que una maqueta de casi tres metros de alto construida en los estudios Babelsberg de Berlín, sirvió de fachada para el Gran Hotel Budapest.

• Por su parte el fondo que constituían las colinas de Zubrowka, fue pintado por Michael Lens, quien se inspiró en los paisajes de Caspar David Frierich, un pintor paisajista del siglo XIX considerado por muchos el artista alemán más importante de su generación.

• El lobby del hotel es el interior Görlitzer Warenhaus, un antiguo almacen abandonado que aún conservaba su estilo Art Nouveau. 

• El juego de 21 maletas de Madame D. son Prada. Estos fueron exhibidos en la tienda de la marca, durante la premier mundial en el festival de Berlín.

• El cuadro Niño con Manzana fue una de las primeras Obras de Arte que Wes Anderson quería tener hechas. Esta fue encargada al pintor Michael Taylor, al que le envió como referencias, pinturas de Bronzino, Durero y otros artistas holandeses del siglo XVII y retratos Tudor.

• El perfume L’Air de Panache sin el que Monsieur Gustave no puede vivir y con el que conquista a todas sus huéspedes, lo crearon entre Wes Anderson y la casa de colonias francesa, Nose. Es el olor de los dandies, con rosas, jazmín, hierba y, un toque de manzana verde. 

 
Consulta los horarios AQUÍ.

Foto: The Grand Budapest Hotel - página oficial Facebook

Por Redacción Cromos

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