
País: Reino Unido.
Director: Joe Wright.
La actuación de Gary Goldman justifica la película con predecible final heroico. Logra un trabajo inolvidable, resumido en la humanización de un ícono llamado Winston Churchill.
Su dicción, su forma física, el tabaco que va de las manos a la boca. Sus suspiros mientras bebe whisky de un vaso de cristal. El morbo es inevitable. Ninguno quiere ser él, pero todos quieren acompañarlo en su encrucijada.
Tras reemplazar en el poder a Neville Chamberlain, el ahora primer ministro, con un gabinete de guerra fragmentado y un parlamento débil, se enfrenta a la amenaza nazi.
En una escena:
-Todo nuestro ejército está a punto de desaparecer, afirma Churchill.
En otra:
-¿Usted tiene miedo?, le pregunta el rey Jorge VI.
-Lo tengo terriblemente, responde, sincero.
Después de su primera locución nacional, le dice a su mecanógrafa:
- Durante los últimos años he sido el único que les ha dicho la verdad, hasta hoy. Es un caos. Estamos en la retirada total.
Tener a Hitler cerca del Canal de la Mancha, obliga a mantener las tropas militares o abre la posibilidad de un acuerdo de paz. Las horas más oscuras es una versión británica de los hechos, ajena para el espectador acostumbrado a los discursos gringos. En otra escena Churchill llama por teléfono al presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt. Al colgar, el primer ministro sabe que está solo en un conflicto que se engulle a Europa, siendo la isla, otrora poderosa, el próximo bocado.
En 1940 Gran Bretaña parecía un bocado frente a Alemania.
Para el que tenga poca información de la Segunda Guerra Mundial, la película sirve de abono. El destino inglés, como el de las invadidas Francia, Bélgica y Holanda, está casi cantado. El derrumbe es inminente.
La firma de un acuerdo de paz con Hitler es la dicotomía que une a un pueblo. Las consecuencias de la decisión de Churchill sacuden al mundo durante los siguientes cinco años. Sin la terquedad de Churchill aquel 28 de mayo de 1940, sería imposible entender el presente.
¿Cómo lo hace? ¿A qué hora un reemplazante se convierte en uno de los grandes políticos de la historia moderna? Las respuestas se responden en esta envolvente clase de historia. El espectador queda con hambre, pero no porque se Las horas más oscuras se quede corta. Para nada es así. Al contrario: queda una curiosidad insaciable por la vida y obra de Churchill.