Publicidad

Las mujeres de Goyo

La cantante de ChocQuibTown habla de la herencia de su mamá, sus tías y su abuela.?De sus caracteres fuertes y decididos, que ?la hicieron la persona que es hoy.

Por Carolina Gutiérrez
22 de mayo de 2012
Las mujeres de Goyo

Las mujeres de Goyo

Si piensa en su abuela materna, Carmen –a la que la familia llama Pape y los conocidos La Papurra–, la ve caminando hacia su casa luego de pasar el día entero en una mina de oro. Tiene los pies embarrados, y las manos y la ropa. Si piensa en su madre, Nelsa Perea, o La Ñata, la evoca con una bata de enfermera, tomando muestras en el laboratorio de su pueblo, Condoto, Chocó; o cantando en frente de los vecinos que la invitaban a cumpleaños y a cualquier festividad porque tenía un vozarrón único. ?

Y si piensa en sus tías maternas, sólo atina a decir que fueron sus segundas madres. Tan atentas, tan cariñosas, tan sobreprotectoras. Si tiene que contestar cuáles han sido las mujeres más importantes en su vida, Gloria Martínez, Goyo, la voz de la agrupación ChocQuibTown, las menciona a todas ellas. De cada una heredó algo. ?

“Mi mamá tenía el carácter fuerte. Era muy obstinada. De ella aprendí las ganas de luchar y salir adelante. Siempre es importante tener algo por qué luchar, y cuando uno tiene eso, debe ir adelante y tratar de hacerlo realidad”, dice Goyo y se devuelve a sus años 11 años, cuando su mamá, la señora Nelsa, les anunció a ella y a su hermano de 7 años, Miguel Martínez –o Slow, también parte de ChocQuibTown– que quería volver a trabajar después de haber dedicado unos buenos años a su crianza. Se empeñó en esa idea y logró conseguir un puesto en el laboratorio del pueblo. ?

Sigue a Cromos en WhatsApp

“Yo tuve que aprender a estar más pendiente de mi hermano y de la casa. Mi mamá me enseñó a mercar, a lavar platos… me decía que era importante aprenderlo”. Doña Nelsa también les había enseñado que en la vida hay que ser trabajador, como ella, que desde niña fue la mano derecha de su madre. La acompañaba a la mina a sacar oro, de la misma manera informal y artesanal que lo hacían tantos chocoanos para sobrevivir.?

 Creció también con sus tías. Con Yola, la menor, que es frentera, inteligente, bonita; que usaba vestidos y tacones; que tenía novio pero no estaba atada con hijos, como el resto de las tías; que era libre, elegante, la mujer que Goyo soñaba ser cuando niña. “De Yola tengo la honestidad. Ella es muy directa. ?

Me enseñó la dignidad, esa parte que es tan importante en el trabajo de nosotros: a no hacer todo lo que la gente diga que tengo que hacer, ni a decir todo lo que quieran que diga sólo porque hay que vender. Al final lo que a uno le queda es lo que tiene en el interior y ese deseo de no traicionarse a uno mismo lo aprendí de ella. A ser correcto”.?

 Creció con la tía Francisca, la mayor, la profesora, la que devora libros, la que tiene una biblioteca enorme en la casa. “Viviendo en Condoto –cuenta Goyo– siempre está enterada de la actualidad del país, del mundo”. Estaba también la tía Meya, una mujer bondadosa y amable. Y las tías Marleni y mercedes, “siempre inculcándonos la honestidad”.?

Todas cantaban. Los días en que visitaban a la abuela y se iba la luz, era casi religión pasar esas largas horas de oscuridad con cantos. La niña creció con cantos, cantando.?

Si piensa en su futuro se ve siendo madre de dos niños; viviendo en un lugar aislado, tranquilo. “Me veo en un momento de descanso con mis hijos, leyendo, dándome un tiempo para mí. Me veo en tierra caliente, en un sitio pequeño, como en el que crecí yo. Quisiera que mis hijos, al comienzo de su vida, tuvieran esa oportunidad”. ¿Qué le dio a usted haber crecido en un sitio así, como Condoto? “Me dio la posibilidad de valorar las cosas pequeñas, lo poquito, las cosas mínimas de la vida”.

La última canción?

 “Hasta el techo es una canción muy bonita que habla de un amor. Desde que nos sentamos a componerla pensamos en escribir sobre el amor que le tiene una madre a su hijo, o que ya nació o que está a punto de nacer. En el video lo que quisimos mostrar es que si tú eres joven y quedaste en embarazo, y empiezan a venir situaciones difíciles, siempre hay que seguir adelante, buscar la forma de sobrellevar la situación. No por eso vas a ser una mujer diferente; a dejar de trabajar, de tener tus amistades, de divertirte. Hay muchas mujeres que recurren al aborto o que se esconden porque sienten pena y miedo. Nosotros les decimos que tienen motivos para seguir sonriendo”.  ?

Por Carolina Gutiérrez

Sigue a Cromos en WhatsApp
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.