¿Qué son los ACV silenciosos? Aprende a identificarlos a tiempo

Los accidentes cerebrovasculares son más frecuentes de lo que se cree, y si bien sus síntomas pueden pasar inadvertidos, no prestarles atención es grave, al punto de llevar a la muerte. ¿Qué hacer en caso de emergencia? Te compartimos la opinión de un neurólogo.

Por Redacción Cromos

15 de octubre de 2022

En agosto de 1995, Michael Johnson garantizó que su nombre se perpetuara en la historia del atletismo: se convirtió en el primer hombre en ganar los 200 y 400 metros planos en el Mundial de Gotemburgo, en Suecia.

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En ese entonces, el estadounidense de 28 años se consagró como el más veloz del planeta para la distancia, un ejemplo de trabajo y una vida sana, ejemplo para las generaciones venideras. En 2018, ya en el retiro y con 51 años, Johnson sintió un leve dolor de cabeza y un pequeño hormigueo en uno de sus brazos luego de una jornada de entrenamiento.

Al ser llevado a una clínica, los médicos dictaminaron que quien fuera apodado “Superman” en la década de los 90 había sufrido un accidente cerebrovascular (ACV). En su caso, se determinó que un coágulo de sangre detuvo el flujo de esta en el cerebro por unos segundos, es decir, tuvo un ACV isquémico, casi que silencioso. “Existen dos tipos: el isquémico, cuando una de las arterias que irrigan el cerebro se tapa por un coágulo, y el hemorrágico, que es cuando se rompe la arteria y se derrama sangre en el cerebro. Los más peligrosos suelen ser los que pasan inadvertidos, porque los síntomas son transitorios, la persona no le presta mucha atención y más adelante puede ser fatal”, resalta Rafael Pineda, neurólogo de la Universidad Nacional.

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Y agrega, haciendo relación con el caso de Johnson: “El factor de riesgo puede ser simplemente la edad o algo congénito. Padres o abuelos que sufrieron este tipo de eventualidades y que al no tener reportes siguieron sus vidas como si nada y la familia no se dio por enterada”. Johnson, como él lo relató meses después, pasó de recorrer los 200 metros en 19, 32 segundos a hacerlo en 15 minutos. “Curiosamente, la primera distancia que hice en el hospital fue una vuelta al edificio que tenía, paradójicamente, 200 metros”, dijo en entrevista con la BBC de Londres. Eso sí, más allá del susto y de casi no poder caminar, el norteamericano tuvo una recuperación más que acelerada.

“El cuerpo, en este caso, fue benevolente por lo que se trata de un atleta de alto rendimiento y porque se les prestaron atención a los síntomas. Aunque no se está exento de un accidente de este tipo, la recuperación para quienes han hecho deporte toda su vida es más pronta”, sostiene Pineda.

Para tener una idea más en el plano local, el Ministerio de Salud reportó en 2021 -plena pandemia del covid-19-, que los accidentes cerebrovasculares estaban dentro de las cinco primeras causas de muerte en Colombia. “Se les adormece una mano o una parte del rostro y les pasa casi que de inmediato. Hasta tienen una dificultad para hablar transitoria. Y se cree que fue algo del momento y no se ve como una alerta de lo que está próximo a venir”, apunta Pineda.

Puede que haya personas que por sus prácticas saludables no tengan mayores consecuencias, pero quienes no el porcentaje de terminar con un derrame cerebral severo es alto. “Las células mueren, quedan problemas de visión, de atención, hasta en el panorama más trágico parálisis total y muerte”, explica Pineda, quien de paso hace recomendaciones sobre los factores que pueden aumentar un posible ACV. Por eso lo aconsejable, cuando haya síntomas, es prestarles atención, no normalizar cualquier tipo de situación atípica e ir a un centro médico de inmediato. El cuerpo, una máquina perfecta, manda señales y alertas de lo venidero. El consejo es siempre atenderlas”.

¿Los ACV silenciosos son comunes?

De acuerdo con un estudio de la Escuela de Medicina de Harvard, son más comunes de lo que se piensa, al punto de asegurar que un tercio de la población mayor de 70 años seguramente ha sufrido uno sin darse cuenta, producidos por la obesidad, el tabaquismo, el colesterol elevado, la diabetes o la hipertensión. Por eso se aconseja tomar la tensión de manera periódica y los hipertensos y diabéticos ser muy juiciosos con los medicamentos. Esto, acompañado de una buena alimentación y de hacer deporte al menos 30 minutos al día, reduce el riesgo”, concluye Pineda.

Redacción Cromos

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