Martha Álvarez convierte niños en campeones mundiales de danza
Tiene 54 años de vida y en las instrucciones que imparte a los más pequeños, integrantes del Centro Cultural Balcón de los Artistas, va su sello inconfundible de disciplina, entrega, sacrificio y la búsqueda de los sueños. Martha Álvarez recuerda que ha bailado toda la vida, que en su adolescencia tuvo varios parejos con quienes interpretaba tangos, milongas, porros, pasodobles y boleros, pero que al llegar a los 20 años, la violencia que había en el sector de Manrique parte alta, la llevó a proponerle a la Junta de Acción Comunal hacer algo para rescatar a los muchachos y ocuparlos porque ella ya veía con claridad cómo la danza podía cambiar sus vidas.
En el año 1992, Martha trabajaba en una empresa de herrajes, desde las cinco de la mañana, pero todos los días abría las puertas del balcón para recibir niños desde las cuatro de la tarde, hasta las 10 de la noche, para enseñarles pasos y coreografías. Con el tiempo empezaron a llegar invitaciones para que los muchachos bailaran en bazares, colegios, celebraciones eclesiásticas y hasta matrimonios.
Con el tiempo tomó la decisión de contratar un par de instructores que se enamoraron de la obra y comenzaron a preparar a los muchachos para competir. “Aquí la constancia, la entrega y la conciencia son claves, porque al comienzo uno participa y no pasa nada, pero cuando se llega al punto de la excelencia vienen los trofeos, las satisfacciones y las nueva metas”, advierte la bailarina mientras muestra con orgullo que el primer galardón lo obtuvieron en un concurso de Confenalco y que esa pareja estaba integrada por Ricardo y Tatiana. El primero murió y la niña es su hija y baila desde hace más de 15 años en compañías extranjeras que por temporadas se presentan en hoteles de Dubai y Marruecos.
Sus muchachos han participado y ganado torneos en Medellín, Armenia, Cali, Bogotá, Cúcuta y hace 12 años tomó la iniciativa de buscar nuevas metas en concursos internacionales, concretamente en Miami, los Ángeles y San Francisco, en donde se han convertido en campeones mundiales en tres oportunidades. Este año, un ensamble suyo con 14 bailarines y siete músicos tuvo 16 presentaciones en teatros de Alemania y Francia, en donde su talento ya es reconocido.
Cuando los bailarines internacionales regresan y le cuentan a los demás cómo es el mundo, estos niños se transforman y quieren dar más y crecer cuanto antes para que les suceda lo que acaban de vivir Sergio, Yesica, Luis, Juan David y María Alejandra, que recorrieron China durante dos años, interpretando tango, salsa y bailes de salón.
Hoy en Balcón, ella está a cargo de la formación de los más pequeños y cinco instructores más se encargan de los grupos de competición. Allí todo es una cadena de logros, para avanzar hay que trabajar con entrega y dedicación. Confiesa que algunos de los 350 chicos que bailan allí son llevados por sus padres porque ven que a través de la danza pueden librar a sus hijos de las drogas y el peligro de la calle.
Poco antes de empezar una nueva clase, entran Jean Pierre, Valentina y Martín, son jóvenes en condición de discapacidad que como cualquier otro estudiante del Balcón llegan aquí por un sueño, el de bailar. “Cómo no practicar la inclusión en un lugar en donde lo que buscamos en rescatar y enseñar a convivir, agrega Martha Elena, una mujer que sueña que en 2017 su escuela tenga 700 bailarines en escena tomándose las calles de la comuna para expresar en la danza la satisfacción de vivir.
Foto: Cortesía Caracol.