¡Mi bebé está creciendo!
“No sólo se trata de que los bebés coman, sino de cómo se deben introducir nuevos alimentos”, asegura el endocrinólogo pediatra Juan Javier Lammoglia. Por ello hay que tener en cuenta, por ejemplo, que la leche materna es lo mejor para la nutrición en los primeros seis meses, pero que después de esa edad no será suficiente.
Muchos padres se preocupan por la velocidad de crecimiento durante el primer y segundo año de vida, a lo cual el doctor Lammoglia responde que si el crecimiento en el útero fue adecuado, el desarrollo será normal: “Nunca se crece tanto como en la barriga de la mamá. El riesgo está en que durante el embarazo haya desnutrición, tabaquismo, ingesta de drogas o diabetes”.
La Organización Mundial de la Salud determinó unas curvas de crecimiento basadas en la estatura y el peso (ver cuadro). Deben ser vigiladas por un pediatra para descartar anemia, problemas respiratorios o de riñón, entre otras enfermedades que suelen estar vinculadas a la baja talla.
Mitos y verdades
1. El sobrepeso ayuda al crecimiento. Falso: la talla indica cuánto debe pesar el niño, no al revés.
2. Si mi hijo es bajito puede estar enfermo. Falso: Sólo el 5% de los niños con talla baja tienen una enfermedad, como el hipotiroidismo.
3. El primer año de vida se triplica el peso. Cierto: Después de la etapa prenatal, el primer año es cuando el niño más rápido crece.
4. Mientras más duerma, más crece. Falso: Si bien la hormona del crecimiento se segrega durante la noche, esto no tiene nada que ver.
5. Los niños crecen más rápido que las niñas. Falso: todos suelen tener la misma estatura durante los primeros años. La diferencia es notable después de la pubertad.
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