
Ya han pasado varios han pasado desde que Mariana llegó con su sonrisa a darle confianza a todo un país y a demostrar que 1,58 metros pueden ser el empaque perfecto de la gloria. Después vinieron los reconocimientos, más competencias, más triunfos, y mientras tanto, ella sigue colgándose metales porque está segura de que a eso vino a este mundo. Ya tiene 16 títulos mundiales, yobtuvo quince medallas de oro en Juegos Suramericanos, Centroamericanos y Copas del Mundo que la llevaron a lo más alto de los podios en países como Chile, Holanda, Estados Unidos, Argentina y recientemente Francia. El primer lugar, el número 1, la presea de oro: su obsesión.
Pero fuera de las pistas, Mariana se convierte en una mujer de voz suave y gestos femeninos a la que le apasionan los perfumes. Una jovencita consentida por sus padres que se acostumbró a vivir montada en aviones, a dormir en hoteles y a dejar el descanso para más adelante. Por eso, cuando vuelve a Medellín, a la tranquilidad de su vida cotidiana, lo primero que hace es salir a pasear con su vieja confidente: "La bicicleta es esa mejor amiga a la que uno le debe mucho», dice. Es una abanderada del uso de la bicicleta como alternativa para contrarrestar problemas de contaminación y alto tráfico de las ciudades: «Necesitamos aire puro para poder vivir. La bici disminuye congestiones, accidentes, ruido, y contribuye a que todos nos mantengamos activos, en forma. Además, ayuda a disminuir enfermedades y riesgos de salud".
Montada sobre una, Mariana reflexiona sobre lo que será su vida deportiva. Hoy es la campeona de BMX en Río 2016, después de haber participado en cerca de treinta competencias. Iniciará su temporada en Europa, donde estará en válidas del campeonato europeo. Luego algunas copas mundo y el mundial, que será en Bélgica. Se vienen los Panamericanos en Toronto, competencias en Estados Unidos y algunas más en Centroamérica y Colombia.
Una dama de la cicla... y de la vanidad.
Fotos: Getty.

