
No pases una vergüenza. La falta de higiene en la lengua es una de las principales causas del mal aliento –halitosis–, pues por su anatomía y textura, es un lugar ideal para que se asienten restos alimenticios y bacterias que pueden terminar migrando a los dientes y encías. Esto puede derivar en caries dental y enfermedad periodontal (sangrado e inflamación de encías).
Para evitar estos inconvenientes presta atención a estos cuidados básicos que mantendran tu lengua en perfecto estado:
- La lengua se debe limpiar muy bien al finalizar el cepillado de los dientes de manera suave a lo largo del dorso de ésta. En el mercado existen cepillos con una superficie destinada para las cerdas y por el revés una superficie especial diseñada para el aseo de la lengua.
- Una vez se finalice con el aseo de los dientes y lengua se debe usar un buen enjuague bucal que elimine los restos de comida que se desprenden del cepillado.
- Una lengua sana tiene un color rosado y no debe estar cubierta por ninguna capa bacteriana. Si pierde este color será síntoma de padecer algún trastorno.
- ¿Mordeduras y quemaduras? No es extraño quemarse con bebidas calientes o morderse accidentalmente la lengua. Para estas eventualidades existen en el mercado sustancias o medicamentos que no requieren de prescripción médica y que contienen componentes que aceleran la regeneración celular y aseguran una cicatrización rápida y efectiva. Sustancias naturales como la caléndula también son muy efectivas, además de las bebidas y alimentos fríos como helados y paletas.
- Aléjate de las bebidas muy calientes. Además de un correcto aseo se debe evitar consumir alimentos y bebidas muy calientes que puedan producir lesiones y quemaduras. Cuando esto sucede se exponen las capas internas de la lengua incrementando la propensión a formar úlceras.