Publicidad

¡No sabía que estaba embarazada!

Una ecografía determinó que el cansancio y el dolor eran, en realidad, un embarazo. En su vientre crecía un bebé de seis meses de gestación. Durante ese tiempo, no tuvo ningún síntoma y llevó una vida normal. A sus 27 años, Catalina Montaña comparte su historia.

Por Revista Mi Bebé
15 de marzo de 2016
¡No sabía que estaba embarazada!

¡No sabía que estaba embarazada!

Luego de las fiestas de fin de año 2015 en Cali,  Catalina Montaña regresó a Bogotá y comenzó a sentirse cansada y empezó a notar algo extraño en las articulaciones.Después de un chequeo médico y algunos exámenes, su médico le dijo: ‘Es lo que sospeché: ¡estás embarazada’. “No lo podía creer. Empecé a temblar. No había subido de peso, no tenía la barriga de una mujer gestante y tampoco sentí los típicos síntomas de esa etapa”, relata ella. 

Las sorpresas no pararon. Ella llamó, inmediatamente, a Fernando, su novio para darle la noticia. Él se puso feliz. Sin perder más tiempo, le practicaron una ecografía y descubrieron que tenía seis meses de embarazo. “En solo un día me enteré de que esperaba un bebé, que tenía seis meses de embarazo y que sería un niño. Aunque sentí una alegría inmensa cuando empecé a ver por el monitor su cabecita y su cuerpecito, no podía dejar de pensar en todas las cosas que hice mal: había planificado durante todo ese tiempo con una inyección de muy alta carga hormonal, había tomado antibióticos y analgésicos, tomé alcohol en varias oportunidades, no hacía ejercicio y no cuidaba la alimentación”.

 

Sigue a Cromos en WhatsApp

El embarazo más corto del mundo

A diferencia de muchas mujeres, Catalina vivió un embarazo de ultimátum. Tenía solo tres meses para hacer aquellas cosas que no había podido hacer seis meses atrás. Comenzó a tomar ácido fólico, a comer sanamente, a caminar diariamente, a participar en cursos prenatales y a asumir la responsabilidad del pasado.  Los médicos le advirtieron que, a causa de las inyecciones para planificar, había una posibilidad de que el bebé presentara alguna malformación o daño cerebral. “Sufrí mucho. No fue un embarazo soñado. Todos los días lloraba por la incertidumbre de no saber si mi bebé llegaría al mundo bien o mal. Me tocaba la barriga y le pedía perdón a mi angelito. Todo lo puse en manos de Dios, y pensé que, si él me estaba dando la oportunidad de ser mamá, lo iba a aceptar con los desafíos que eso representara”. 

Así, se llenó de valor hasta el 4 de mayo de 2015, día en que el pequeño Juan Fernando nació. “Fueron doce horas de trabajo de parto. Cuando di a luz, pusieron al bebé en mi pecho y empecé a contarle sus deditos. El doctor confirmó que mi hijo estaba en perfectas condiciones. Yo solo podía darle gracias a Dios. Todos me decían que me preparara porque jamás volvería a dormir. Sin embargo, esa noche fue la primera vez, en todo el embarazo, que volví a soñar y a descansar en paz”.

Hoy, como si se tratara de un milagro de la vida, Juan Fernando es un niño completamente sano, feliz y muy inteligente. Todos sus controles y exámenes han sido favorables. A sus diez meses, está dando los primeros pasos, y cada día sorprende a su mamá y a su papá con nuevas conquistas, travesuras y actos llenos de ternura.

 

Foto: iStock - Archivo El Espectador. 

 

Por Revista Mi Bebé

Sigue a Cromos en WhatsApp
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.