
"Nos falta descubrir más nuestra piel y nuestro cuerpo" Carmen Larrazábal
Directora del espacio de TV, Juntos a las 3, Canal Uno. Panelista de Mañanas Fantásticas en Radio Fantástica.
Autora del libro Sexo en 1.369 preguntas.
Twitter: @DraCarmenL
Si la mujer en cuestiones de sexo aprende a dar indicaciones precisas, sencillamente, se dispara todo mucho mejor. No es lo mismo que a ti te estimulen 45 minutos detrás de la rodilla, cuando en realidad necesitas una estimulación directa al clítoris. Y tener en cuenta que no todas las mujeres respondemos de la misma forma. Unas, a la fricción, otras responden a las caricias suaves, a las caricias dentadas o al toque con presión, que generan una sensación de impulso, que no es más que la pasión, esa pasión desbordante.
Si las mujeres habláramos todo sería más placentero, le encontraríamos más razón a nuestra sexualidad. ¿Hablar de qué? De dónde nos gusta, cómo nos gusta y con qué nos gusta. Así facilitaríamos el 60% del camino a recorrer en el sexo. ¿Por qué? Porque a veces nos disgusta que ellos vayan al grano… Si se lo decimos, él va a entender. Hay que enterarlo de cómo nos gustan las caricias o si nos agradan las palabras subidas de tono o pequeños golpes que no comprometen un acto de violencia.
Siempre se ha dicho que el sexo es el 80% de una relación y yo difiero, porque hoy en día con tanta tecnología, distancia y publicidad, a la gente le hace falta contacto, afecto, amor.
"A las mujeres en la sexualidad nos falta descubrir más, nuestra piel y nuestro cuerpo y, definitivamente, soltarnos un poco".
Las parejas deberían fundamentar su relación, más allá del sexo, en la paciencia, la prudencia, la cooperación, el compañerismo, la amistad, la verdad, el respeto y la tolerancia. Un combo que, sin duda, potenciaría el sexo, porque cuando consideras a tu pareja tu amigo, no quieres hacerle daño a un amigo.
Si las mujeres tenemos todo en un altísimo nivel, ¿por qué no vamos a tener buen sexo? ¿Qué nos falta? Comunicar. Tener una comunicación sexual asertiva. Porque podemos decirle “es que tú no me besas”. Pero ahí no estás comunicando o pidiendo, estás reclamando. Qué tal si decimos “me encantan tus besos, me encantó cuando me besaste aquel día”… Así le explicas, de manera asertiva, qué sentiste y qué quieres en el momento. Si hablamos con nuestra pareja de esos temas, luego lo podremos hacer de forma natural en familia, con los hijos.
Y lo conseguimos al quitarle a las palabras toda la catexia negativa, es decir, el afecto que le ponemos a una expresión. Como decir “no me gusta 50 sombras de Grey”, sin haber leído el texto. Basta ya de convertirnos en jueces o críticos de la sexualidad de los demás. Vamos a preocuparnos de la nuestra, de su disfrute. Preocuparnos por saborear cada momento en pareja.
Sugiero cambiar nuestras actitudes y gestos, la forma de caminar, disfrutar cada momento, el movimiento de tu pelo… Ahí hay erotismo. Todo es una simetría perfecta, que nos sensibiliza. Y manejando la fina línea entre un tema que es atractivo y natural, que se puede volver morboso y desagradable.
A las mujeres en la sexualidad nos falta descubrir más, nuestra piel y nuestro cuerpo y, definitivamente, soltarnos un poco. Preguntar para disfrutar y ser más espontáneas.
¡Paso a paso!
- Acudan con la conciencia de saberse un ser erótico.
- Lean textos eróticos. ¡Hay muchos!
- Dediquen tiempo para conocer su cuerpo. ¿Cuál es el sitio de sus cosquillas? O sepan qué perfume las erotiza.
- Cómo les gusta que se vean sus senos: ¿protuberantes o cubiertos? ¿Cómo les gusta el pelo, sobre los hombros o batiéndose sobre la espalda?
- ¿Les gusta lo áspero o lo volátil? ¿Las plumas o las sedas?
- Si tienen pareja, sáquenle el máximo provecho. Hay que inventarse todos los días. Eso es erotismo.
Foto: Juan José Horta.
