
Por: Alan González
Cirujano plástico
Para empezar, quisiera felicitar a Cromos por estos 100 años. La historia del país reposa en sus archivos y el pasado de la belleza colombiana también.
Esa belleza ha sido exhibida en cada Minicromos, donde los rasgos y los atributos femeninos de las diferentes regiones de Colombia se entremezclan para generar una perfecta armonía que siempre conquista a los cartageneros y al país entero. La belleza de las colombianas cada vez es más admirada en el mundo, ya que en nuestras mujeres no solo vemos un hermoso conjunto de rasgos faciales y medidas corporales, sino cualidades como la inteligencia, el liderazgo y la capacidad de trabajo.
En esta edición del reinado, las candidatas son la perfecta integración de atributos físicos, sentido social, carisma, inteligencia, trabajo, disciplina y, sobre todo, capacidad de sacrificio y recuperación. En menos de seis meses, estas mujeres pasaron de ser universitarias a universales y en sus manos reposa la responsabilidad de representar lo más bello de sus departamentos.
Desde el punto de vista estético, hay que empezar por decir que para nadie es un secreto que las reinas tienen fama de negar las cirugías como si fueran un pecado mortal. Por esta razón, el éxito de la cirugía plástica del nuevo siglo radica en la naturalidad del resultado. Es decir, la idea es que las cirugías no se noten, que los rasgos y las formas se respeten y no cambie la esencia, y, lo más importante, que no queden cicatrices visibles.
Deberían rescatarse los atributos naturales, nada más. Es bastante difícil identificar una buena lipoescultura, una mamoplastia de aumento (si el volumen no es muy grande) y algunos procedimientos faciales menores, que resaltan las formas de la cara –como la disminución de las mejillas o el aumento del mentón–. Pero todo depende del cirujano e, infortunadamente, algunas de las candidatas no estuvieron en manos de los mejores.
En esta medida, a una reina ya no se le juzga porque se opere sino porque se le note la cirugía. Es inaudito que se vean narices demasiado respingadas, delgadas y puntudas, construidas según el sello quirúrgico de un cirujano y no según los rasgos de la persona. También es inaceptable ver senos muy grandes o lipoesculturas con fibrosis o cambios de color de la piel. Ante estas posibilidades, es mejor dejarse ciento por ciento natural, en lugar de seguir negando lo innegable, o tratando de inventar verdades a medias.
Ojalá que, entre las jóvenes –que serán las futuras candidatas al Concurso Nacional de Belleza– se fomente cada vez más el cuidado de la piel, la alimentación balanceada y el ejercicio. También es necesario que cuiden su dentadura, debido a la proliferación indiscriminada de diseños de sonrisa en los que las carillas, los dientes grandes y las sonrisas clonadas están a la orden del día. Debo insistir, además, que elegir a una reina con solo seis meses de anticipación induce a cometer muchos errores, las candidatas toman decisiones quirúrgicas afanadas que en algunos casos son desafortunadas.
Estadísticas:
Los procedimientos quirúrgicos más practicados son: diseños de sonrisa, rinoplastia, lipoescultura, mamoplastia de aumento y perfilamiento de labios.
¿Cómo prefieren estas candidatas las proporciones corporales?
Senos grandes 0%, pequeños 87% medianos 13%.
Cintura pequeña 78%, normal 22% .
Labios gruesos 35%, delgados 12%, normales 53%.
Cola grande 18%, normal 56%, pequeña 26%.
Mis favoritas son:
En orden alfabético: Antioquia, Bogotá, Cauca, Cartagena, Cesar.
Otro grupo posible: Atlántico, Córdoba, Magdalena, Meta y Valle.
Les recomiendaría:
Aumentar de peso: Norte de Santander, Santander, Valle y Guajira.
Controlar el peso: Nariño y Chocó.
Trabajar glúteos: Bogotá, Norte de Santander, Atlántico, Santander, Valle y Tolima.
Trabajar más el contorno: Quindío, Nariño, Atlántico y Boyacá. Un poco más Bogotá, Valle y Cesar.
Después de nuestra visita a Aruba
Cuerpos: Risaralda, Cartagena, Cauca, San Andrés y Antioquia..
Caras: Cesar y Bogotá.
Por su registro: Cauca, Meta y Cartagena.
Además del cuerpo, es necesario que las jóvenes cuiden su dentadura, debido a la proliferación indiscriminada de diseños de sonrisa en los que las carillas, los dientes grandes y las sonrisas clonadas están a la orden del día.
Foto: David Schwarz.