
Mujer con un letrero
Algunas veces después de tener relaciones con tu pareja, puedes notar que tienes un leve goteo de sangre o una mancha en tu ropa interior que te genera una gran preocupación. Aunque no es usual escuchar este tipo de testimonios en las mujeres, algunas sufren de este incómodo incidente, por las siguientes razones:
Fisuras vaginales
Los encuentros sexuales intensos, con mucho movimiento y una fuerte penetración, pueden hacer que las paredes vaginales sean las más perjudicadas en este proceso, ya que lastiman las cavidades internas, produciendo sangrados.
El tamaño del pene también puede provocar hemorragias, dependiendo de su tamaño.
Pólipos
Son pequeñas carnosidades que pueden producir sangrado porque crecen en el cérvix. Estas, pueden ser lastimadas a la hora de tener un encuentro sexual, y tienen la tendencia a salirse del cuello del cérvix.
Resequedad vaginal
En ocasiones el tejido vaginal puede ser el mayor causante del sangrado en las mujeres, aunque no es habitual en mujeres jóvenes, si puede presentarse en un mínimo porcentaje de ellas. Sumándose a esto, también pueden incidir los niveles bajos de estrógeno, que aumentan la probabilidad del sangrado.
Ectropión
Se trata de la irritación del labio interno de la vagina, que, en el momento de entrar en contacto con el pene, produce sangrado. Este fenómeno es muy común en las mujeres que utilizan pastillas anticonceptivas, se caracteriza porque no dura mucho, y puede ser erradicado al momento de cambiar de método anticonceptivo.
Tener una enfermedad de transmisión sexual
Todos los organismos son diferentes, sin embargo, el sangrado puede ser una evidencia muy fuerte de padecer una enfermedad de transmisión sexual, que, aunque al principio no se manifieste con dolores, sí tiene efectos a largo plazo que pueden llegar a causar incluso infertilidad.
Foto: Istock