Pareja sorprendida frente al computador
La tecnología lo ha cambiado todo. Empezó paulatinamente y luego llegó hasta nuestra intimidad. Cambió nuestra forma de trabajar, de vivir, de relacionarnos. Llegó, incluso, hasta nuestra cama y modificó nuestras concepciones sobre el sexo, que ahora se busca, se encuentra y se experimenta de maneras mucho más diversas e inesperadas. Y esas transformaciones producen temor por ser desconocidas.
Nos aterra pensar que los adolescentes, a las 14 años, ya tienen relaciones sexuales con una frecuencia que nosotros (los treintañeros) logramos solo hasta los 23. Reconocer que su historial de búsquedas en Google incluye muchas páginas que empiezan por tres X nos genera escalofrío. Hay tantos miedos en el ambiente que muchos padres llevan quejas formales a los colegios por la manera explícita y clara con la que algunos maestros (los más valientes) hablan con sus alumnos de sexo −ejemplo que todos deberíamos replicar con aquellos jóvenes que nos rodean y para quienes seguramente es valiosa nuestra experiencia−. Las nuevas generaciones pueden aprender de nuestras fallas y de nuestros aciertos.
Por fortuna existen mentes que se salen de la caja y se atreven a abrazar lo nuevo, como los creadores de Pornhub, un portal de videos eróticos que decidió aprovechar el altísimo tráfico de su página para construir una plataforma más integral que ofrezca educación. “Buscábamos algo diferente a tetas rodeando traseros”, cuenta Corey Price, vicepresidente de Pornhub.
El centro de cuidado sexual Pornhub (en Youtube: Pornhub Sexual Wellness Center) busca ofrecer información sobre enfermedades de transmisión sexual, sexualidad segura y cómo manejar una relación, entre otros. Es casi un sueño. La idea del millón de dólares. Un portal que aprovecha su fama conseguida con pornografía para educar y evitar que tantos adolescentes sean víctimas de los tropiezos que acarrea la juventud. Como bien lo dice la sexóloga Martha Mejía, “los jóvenes, gracias al acceso a la tecnología, ven la sexualidad sin tabúes. Están muy lejos del mito con el que cargábamos antes, por eso empiezan desde temprano y en ocasiones son desbocados en su despertar sexual”.
El acertado juicio de la sexóloga demuestra que los jóvenes, cada vez más, están en contacto con una sexualidad a la que no se le teme, que se expresa con naturalidad y que los padres no deberían reprimir o castigar. Todo lo contrario, los adultos tienen la responsabilidad de centrarse en educar y guiar la espontaneidad juvenil.
“Muchas veces los jóvenes se aproximan al sexo desde la genitalidad, desde el llamado hormonal, olvidando la responsabilidad que recae sobre sus cuerpos. Hay mucho libertinaje, pueden tener parejas estables pero otros son propensos a buscar sexo ocasional, por eso la educación sexual es clave”, afirma la sexóloga.
Si un portal dedicado a la pornografía, pura y dura, pudo incluir videos donde una sexóloga experimentada explica (en plano medio y fondo blanco) qué es el sexo seguro, los padres deberían lograrlo también. Más reflexión y menos represión.
Foto: Istock