¿Qué hacer ante la sequía sexual?

¿qué hacer ante la sequía?

Temo lucir ramplona, pero la vida no se puede entrecomillar solamente en frases célebres, máximas de Pepe Mujica (mi favorito), o reflexiones profundas que se convierten en imágenes virales que resaltan en las redes sociales. La vida, y la vida sexual, también transcurren entre frases como “estoy más acumulada que el Baloto”, o, “mucho gusto, me llamo Fenómeno del niño González, la sequía  me posee”. He sido testigo tantas veces de estas sentencias que decidí ahondar en ellas. Después de escuchar a mis interlocutores, decidí indagarlos. ¿Cuánto tiempo lleva “acumulado”? (luego les pedí que cambiáramos el término a alguno que no me reprochara el teclado de mi computador. No se pudo) ¿Está escasa la oferta? ¿Nadie más está en su misma situación? ¿Conocen los consoladores, los vibradores, las manos? 

Las respuestas varían según la personalidad del entrevistado y el género. Aquí, el resultado de mi exploración: 

Hombres

- “Yo prefiero hacerme la paja antes que acostarme con cualquier mujer que no me atraiga del todo. Cuando estoy en época de sequía llego a masturbarme una vez al día y con eso calmo mis antojos”. Palabras de un hombre exigente al que le basta su ser para sentirse pleno.

- “Yo tengo amigas solo para eso y ellas lo entienden (error). Eso sí, la tengo en el bajo perfil, hay mujeres que no me inspiran más que eso, o como dice un meme que vi recientemente: busco sexo… y si surge, amistad”. Nos enfrentamos a otro tipo de hombre, el que no recurre a la autosatisfacción sino que prefiere el placer asistido. Respetable, pero ojo, muchos olvidan que juegan en la delgada línea de involucrar los sentimientos de una mujer sin querer queriendo. Si las cosas están claras entre los dos entonces se vale todo, de lo contrario, seguro alguien saldrá más lastimado que excitado.

Mujeres

Tengo un chat grupal (bueno tengo varios, mis amigas son adictas a abrir grupos de conversación para cualquier evento), en el que hablamos con frecuencia de sexo. Son mis amigas más cercanas, a las que no les da pena confesar que necesitan una “pomada” o una “esencia” para aumentar su deseo sexual. Me preguntan a mí, como si fuera el oráculo del deseo, y la verdad, soy tan coloquial que incluso les he recomendado películas que en mi caso han aumentado considerablemente el apetito sexual. Entre todas las preguntas que nos hacemos surgió recientemente esta:

¿Después de cuánto tiempo debo considerar que estoy atravesando un verano?

- 2 meses.

- Yo diría 3.

- A ver… ¡15 días!,  dijo la más osada.

- No dijiste que tenías un arrocito en bajo, ¿por qué no acabas con ese verano de una vez por todas?

- No quiero tirar con cualquiera y mucho menos hacerlo por necesidad, afirmó la que nos indagaba.

Respetable. Minutos después confesó, entre otras cosas, que tiene un consolador que le ha funcionado muy bien. Discrepo, y con esto no juzgo, simplemente reafirmo mi posición. 

El sexo por placer es tan válido y entretenido como el sexo con amor (como la canción de Superlitio). El sexo por placer nos deja experimentar un encuentro de dos personas que quieren intercambiar un momento apasionado, un instante de goce; como bailar, conversar, comer en un restaurante de moda.

Las mujeres, erróneamente, tratamos muchas veces de involucrarnos sentimentalmente y esperamos después de una noche de ires y venidas, una llamada, un piropo, un girasol en la portería ¡Más practicidad señoras!  Y no es que esté mandando a todas mis lectoras al desfogue frenético, simplemente las estoy invitando a vivir un momento placentero, eso sí, con protección y cuidado.

Muchas acudirán a los vibradores, consoladores, las manos, los ejercicios  de gimnasio que logran estimular algunas de nuestras zonas erógenas, y no está mal, el problema es que el sexo sigue ahí, a la orden del día, dispuesto a envolvernos en un momento que nos puede traer más beneficios que 60 minutos en la trotadora tarareando videos musicales gringos. 

Consejos para usar por primera vez un vibrador