Hay veces que la algarabía no da tregua, mientras uno de tus hijos llora el otro te presenta un memorial de quejas y la casa se convierte en un pequeño campo de batalla. Las peleas entre hermanos son normales, el conflicto entre ellos es de alguna forma la iniciación a las potenciales diferencias y conflictos a los que los enfrentará la vida, aunque eso no significa que se deban dejar llegar al punto de convertir a la familia en una zona conflictiva. “Los hermanos tienen una importante función en los niños, porque son ellos los que les pueden enseñar a respetar la diferencia, a resolver los conflictos y el desacuerdo de una forma tranquila”, explica la psicóloga infantil Gloria Mercedes Isaza.?
En realidad son los padres el primer modelo a seguir en materia de conflictos, si los niños crecen en un ambiente en donde los desacuerdos se resuelven de manera agresiva y con violencia ellos no tendrán otro referente para actuar cuando se encuentren en una situación de discordia. Los padres deben presentar reglas claras, bajo ninguna circunstancia se deben tolerar los gritos o las agresiones físicas, al contrario, deben asistir a los niños para que entre todos logren desentrañar la fuente del conflicto y construir comunalmente la solución. Los especialistas recomiendan que no es conveniente formular la típica pregunta de ¿quién inició la pelea? ya que el padre o la madre se convierten en un juez y porque usualmente nunca se llega al fondo del problema por esta vía.
Las peleas tienen muchas veces la intención de llamar nuestra atención, están alentadas por un deseo de los niños de sentirse como los más queridos, los mejor atendidos por nosotros, los que quieren obtener un trato especial. Para evitar esto es importante que los padres no se presten para convertir las peleas en la mejor manera de tener su atención, por el contrario ignorar los altercados, siempre y cuando no haya agresión física, y más bien prestarles atención cuando jueguen juntos tranquilamente puede ser una buena estrategia.
Sigue a Cromos en WhatsApp“Es muy importante enseñarles a los niños desde pequeños a compartir, a respetar su turno, a atender el orden de las filas, a respetar la palabra, esto sienta las bases para que los niños puedan compartir de una manera más armónica con los demás”, explica la especialista quien llama la atención sobre la necesidad de que los niños vean las familias como un equipo en el que cada uno tiene un lugar y un rol que cumplir, “de esta forma se evitan celos y discriminaciones”. Ante las peleas hay que permitir que los niños expresen sus sentimientos y razones, todos deben ser oídos en casa y debe alimentarse un espíritu de diálogo, “pero sobre todo hay que enseñarles a los hermanos a divertirse juntos”.
Al momento de las peleas
Evita los juegos de competencia, más bien fomenta la cooperación entre ellos con actividades como tocar un instrumento, cuidar juntos una mascota, y otros trabajos en equipo.
Los padres deben poder valorar y respetar la diferencia que hay entre los hijos, todos son diferentes y no reaccionan igual. Evitar el uso de etiquetas y las comparaciones, se deben –por el contrario– inculcar las características positivas de cada uno y así evitaremos sentimientos de superioridad o inferioridad.
Es importante imponer reglas y límites, muchas veces los padres no respetan las reglas y límites que ellos establecen.
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