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"Quiero que Medellín se reconozca como una ciudad diversa", Daniela Maturana

"Colombia atraviesa un momento histórico, no solo por los diálogos de paz, sino porque hay nuevos actores que han dejado el miedo".

Por Redacción Cromos
22 de agosto de 2016
"Quiero que Medellín se reconozca como una ciudad diversa", Daniela Maturana

Por: Daniela Maturana

30 años, politóloga, presidenta del Concejo de Medellín

 

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Cuando mi papá era técnico de fútbol, pasó por el banco de varios clubes, entre ellos el Real Valladolid y Atlético de Madrid, en España; y el América de Cali. Yo lo acompañaba siempre, sus retos eran mis retos. Y a pesar de vivir una vida con el amor incondicional de mi familia y de crecer recorriendo el mundo, con muchísimos privilegios, tuve que luchar constantemente contra el “qué dirán”, pues recuerdo que me engominaba el pelo para que no se me saliera ni un crespo, para que la gente no se burlara de mí por ser negra. Mi mamá me cuidaba del sol, para que no me fuera a quemar. Después de unos años hablaba de esto con ella y siempre me decía que su mayor temor era que me hirieran, que me hicieran sentir inferior o fea. A veces no nos damos cuenta del poder y de la crueldad de algunas palabras, de cómo de los malos chistes y las burlas pueden agredir a una persona. Hoy confirmo que todas esas vivencias me marcaron, pero no me dejaron complejos, lograron que tenga el carácter y la personalidad que tengo. Esos episodios lo repaso con más curiosidad que resentimiento. Y puedo decir que la situación ahora es un poco mejor para las minorías, aunque falta bastante por cambiar.

 

Cuando tenía 19 años, empecé a dejarme el pelo suelto, pero me hacía tratamientos. Fue solo hasta hace dos años que decidí no aplicarme más químicos, y empecé a apropiarme de ellos (mis crespos), a quererlos en su máxima expresión. Poco a poco fui encontrando un look con el que me siento cómoda, me siento tal y como soy, mi esencia. Este proceso viene de la mano con la aceptación de mi piel y de mi cuerpo. En definitiva, es un reconocimiento a mi identidad. Expongo mi experiencia con el objetivo de llegarles a todos, sobre todo a las niñas. La aceptación es un reto muy grande que tenemos las mujeres. Está en nosotras sentirnos bien con nosotras mismas, cualquiera que sea nuestro origen y raza.  

 

Sin planearlo, mi estatura y mi pelo se convirtieron en los símbolos de mi campaña política. Confieso que me cuestioné cuando la empecé, decía: “Soy mujer, joven y afro, tengo buenas ideas, ¿pero si votarán por mí?”. Durante la campaña, otra vez aparecieron comentarios negativos, que apuntaban a que yo no representaba a la mujer antioqueña o a que no soy lo suficientemente negra (mi madre era blanca) para ser concejal. Sin embargo, fui rompiendo paradigmas. No me dejé doblegar y tomé como símbolos mi color de piel y mi afro, son mi declaración. Así pude llegar a ser la tercera presidenta del Concejo de Medellín, la más joven y la primera negra.

 

Hay un montón de jóvenes que están haciendo lo posible por conquistar sus sueños. Lía Samantha es una de ellas: desde el diseño demuestra que Colombia es un país diverso. En Colombiamoda 2016 presentó una colección que dejó sin palabras al público, llena de colores, con  telas africanas, rescatando nuestras raíces. Ella me ha ayudado a romper el estigma del político encorbatado. Yo me visto con sus faldas, tenis, me dejo el pelo suelto. Sin perder la elegancia, voy a trabajar como me siento más a gusto. Al fin y al cabo, lo que vale la pena es mi trabajo, no la apariencia.

 

Colombia atraviesa un momento histórico, no solo por los diálogos de paz, sino porque hay nuevos actores que han dejado el miedo, han decidido sentarse en la silla del responsable y tomar decisiones por y para las personas. Yo me preparé cinco años y medio para estar aquí. No me da pena decir que los políticos ahora somos más humanos, más cercanos, jóvenes, creativos e innovadores y definitivamente se siente el toque femenino. Para trabajar en la política tengo 4 acuerdos básicos: 

 

1. No tomarme nada personal, 2. Detrás de cada persona hay un ser humano (esto es vital), 3. No soy perfecta y tengo el derecho a equivocarme (al principio me decían primípara y dudaron de mis capacidades para presidir la corporación) 4. Medellín y su gente está por encima de todo. Siempre busco ejemplos en otras personas que me inspiran, aprendo de sus logros y sus frases, una que me encanta es la de Alfredo di Stefano: “nadie es tan importante como todos juntos”. Si todos lo trabajáramos para el mismo lado (como cuando juega la Selección) como afros, mestizos, blancos, indios, como pares, tendríamos una nación más igualitaria, con menos complejos y más tolerante. 

 

Será una labor de décadas hacer de Colombia un país con igualdad de oportunidad para todos. Para empezar, quiero que Medellín se reconozca como una ciudad diversa, pues es allí dónde está la riqueza de nuestra sociedad, lo que nos hace únicos. 

 
 
Foto: Consejo de Medellín

Por Redacción Cromos

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