"Ser madre hoy en día es una decisión más autónoma" Lucrecia Ramírez
Profesora de Psiquiatría, Salud mental de las mujeres, en la Universidad de Antioquia. Directora del portal Mujeres digitales.
Para entender lo que hay detrás de la decisión de una mujer en esta época que quiere o no ser madre, debemos mirar, primero, el proceso histórico del que venimos. A principio de siglo la maternidad era concebida como una obligación.
Antes las mujeres se veían obligadas a tener todos los hijos que biológicamente nacieran porque no tenían posibilidad de tomar anticonceptivos. Tenían un hijo detrás de otro, prácticamente se murieron sin que nosotras, las mujeres contemporáneas, pudiéramos saber qué pensaban de eso. No sabemos qué tan agobiadas estaban con esa situación. Era algo inevitable que traía el matrimonio, una carga, que se aliviaba poniendo a las hijas mayores a cuidar a sus hermanitos menores.
Hace 40 años, cuando se quería definir a una mujer como verdaderamente femenina se utilizaban las cinco condiciones clásicas del eterno femenino que eran: ser maternal, doméstica o casera, casta, pasiva y bella. Si la persona cumplía esos requisitos era una buena mujer. El panorama cambió a mediados del siglo, cuando la maternidad empezó a ser una opción. Esa es una de las grandes rupturas de este tiempo.
A finales de los 50, con la aparición de la píldora anticonceptiva, se rompe la primera característica del eterno femenino. En los 60 las mujeres empezaron a preguntarse si querían o no tener hijos, a liberarse del yugo de la maternidad obligatoria, y en nuestros días son conscientes de que pueden vivir el matrimonio por amor y la maternidad por gusto.
Respecto a las motivaciones actuales de quienes deciden o no tener hijos hay que, primero, separar los grupos de mujeres por edades. Las más jóvenes, entre los 25 y 35, tienen hijos cuando definitivamente lo desean y lo planean (hablo de mujeres educadas, porque con población de escasos recursos la cosa es diferente). Ya no es una decisión tan espontánea porque nos dimos cuenta de que la maternidad no es un capricho o un juego de muñecas, es una decisión seria, costosa y a la vez maravillosa.
Cambia la vida, implica obligaciones, es un enlace que nunca muere. Te llena, te da alegría, lactar un hijo es una experiencia maravillosa, pero de los costos, en todos los aspectos, nadie habla porque se ve feo, pero son reales y de eso es lo que las mujeres se han dado cuenta, saben que no es tan fácil conciliar trabajo y crianza.
Las mujeres entre 35 y 45 se lo toman más en serio, son más conscientes. Si lo han postergado hasta los 35 es porque lo han pensado muy bien. Aunque en Colombia no es común la postergación de la maternidad hasta esta edad, en países desarrollados sí.
Finalmente, está el otro grupo: las mujeres que no quieren tener hijos. Detrás de ellas hay un deseo inmenso de vivir otras dimensiones de la vida a plenitud. Miran la maternidad como algo secundario. Las presiones sociales cada vez pesan menos, aunque siguen latentes, pero ser madre hoy en día es una decisión más autónoma y la prueba de esto es que ese plan les está llegando más tarde a las mujeres.
Foto: Diego González.