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Por: Alexandra Pumarejo
El sexo, a mi modo de ver involucra un intercambio de luz, de energía, de cuerpo, alma y espíritu, no se trata solamente de contacto físico, y por eso mismo me opongo a hacerlo con cualquier persona. Además cuando digo solo con amor también estoy hablando de mi amor propio; de decidir a quién le entrego mi buena energía y de quererme lo suficiente como para entregar mi cuerpo solo cuando se une con mi cabeza y mi corazón.
Para mí el sexo involucra compinchería, comunicación y mucho goce. Te puedes compenetrar mágicamente con una persona o te puedes aislar completamente. A mi modo de ver resulta mucho más atractivo y apasionante hacerlo con alguien con quien te provoque despertar al otro día, desayunar, reírte y no con alguien con quién dices al final de la noche: “¿te pido un taxi?”.
Pero, ¡ahora resulta que quien tiene relaciones solo por amor es la extraña del paseo! Más de una persona me ha querido convencer de que estoy equivocada y de que me estoy perdiendo de las emociones fantásticas que vienen con el sexo casual.
Me afirman que el sexo con desconocidos es más liberado, más salvaje, que hasta puede empoderar a la mujer y que ya era hora de que nosotras pensáramos en el sexo como lo han hecho siempre los hombres: por placer meramente físico.
Yo les pregunto: ¿hay algo más poderoso que mirar a los ojos a la persona a quien uno ama y saber que están lo más únicos que pueden estar físicamente? También, me parece mucho más emocionante probar cosas nuevas en el sexo dentro de la seguridad y la confianza de una relación, que con una persona a la que a duras penas le conozco el nombre. La complicidad de haber hecho algo “secreto” va mucho más allá de un acto sexual. Fortalece y enriquece la relación de pareja inmensamente. Es triste que la sexualidad se haya vuelto tan desechable. Nos meten sexo para vender carros, agua, y cotidianamente tratan el sexo con la misma ligereza que tomar una aspirina ¡Y después nos preguntamos porque nuestros jóvenes empiezan a tener sexo a edades tan tempranas y con tanta ligereza!
No es un tema de mojigatería, como tantas veces me han dicho. Yo les doy importancia a mis relaciones sexuales más allá del acto físico, es un tema de conexión de almas y de entregar una parte muy íntima y linda de sí misma.
Flavia Dos Santos: el sexo y el amor son dos pulsiones distintas, uno puede convivir con ambas cosas por separado. No hay que romantizar el sexo.
Mónica Rodríguez: el sexo sin amor es vacío, es mejor tener una conexión para poder disfrutar realmente. El sexo sin amor solo satisface una necesidad física.
Juanita Kremer: uno puede tener perfectamente sexo, solo y físico sexo, con alguien sin tener que involucrar los sentimientos. Obvio, queda a preferencia de cada quien sí le mete amor o no al tema ¡Va en gustos!
