Si los hombres se dejan el vello en las axilas, las mujeres también pueden hacerlo

No debería provocar murmullos ni burlas de pasillo. Todos tenemos derecho a lucir como queramos, sobre todo cuando se trata de dejar a un lado la esclavitud de depilarse.

Por Alberto Ochoa Mackenzie
31 de enero de 2019
Si los hombres se dejan el vello en las axilas, las mujeres también pueden hacerlo
Imagen tomada de la cuenta de Instagram 'janu_hairy'

Imagen tomada de la cuenta de Instagram 'janu_hairy'

En los años noventa, un día el arquero de una escuela de fútbol a la que yo iba apareció con un arete en la oreja derecha. El entrenador, un hombre que se caracterizaba por el trato respetuoso y amable, antes de saludarlo,  le dijo lo siguiente: “el que se abre la oreja es capaz de abrirse el culo”. Recuerdo que en ese momento me dio pena ajena por el profesor. Lo escuché y me fui con el balón para otra esquina.

En otra oportunidad a un compañero del colegio franciscano al que desafortunadamente fui no lo dejaron entrar a clase porque tenía el pelo muy largo. El director llamó a sus papas para que lo fueran a recoger. Recuerdo que al otro día el muchacho llegó completamente calvo. Sus acudientes, en vez de pararse en la raya, siguieron el juego de la institución.

Traigo del pasado lo anterior para hablar del vello corporal en las mujeres. Mi imaginación se estrella con un muro de solo pensar en una chica que se deje el pelo en axilas y cara. El matoneo quizás sería insoportable, casi a nivel colegial. Hablo de dejarse el vello en un contexto como la redacción de una revista, en donde los prejuicios, al menos en los pasillos, por suerte son perseguidos. Pobre de quien se atreva a lanzar una crítica pública a una compañera que se deje el bigote, pobre de quien se anime a criticar a un hombre por tener un piercing.

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En Inglaterra la joven Laura Jackson inició una campaña para que las mujeres abracen su pelo natural. Por redes sociales lideró ‘Enero peludo’, una iniciativa que encontró simpatizantes en varios países europeos.  “La aceptación del vello en el cuerpo de las mujeres aún es, desafortunadamente, un tabú. Estamos mostrando en los medios que nos sentimos cómodas y seguras cuando nuestras piernas están suaves, nuestras cejas depiladas, nuestras axilas rasuradas. La sociedad parece comportarse como si el cabello natural que crece en nuestros cuerpos no fuera atractivo o resultase desagradable. Estamos tan acostumbradas a eliminarlo que no nos estamos familiarizando con nuestro auténtico ‘yo’", explicó Laura en Instagram.  

En casa, mi novia está haciendo el experimento del vello natural. ¿Cómo saldrá? Mientras ella se acostumbra a verse con la montonera que nunca se debió quitar, van a pasar semanas, de pronto meses, en aceptarla. Hay días de apoyo incondicional a la campaña ‘Enero peludo’ y otros de desconcierto en donde inevitablemente mira la cuchilla.

Mi novia está intentando en las axilas. Si logra la primera misión, seguramente pensará en el vello encima de los labios. ¿En mis planes estaba salir con una novia con bigote? No, confieso que no me siento listo. Sin embargo, ¿quién soy yo para decirle (sugerirle) lo que debe hacer? Es su cuerpo, su comodidad, su integridad. No quiero ser como los curas franciscanos de mi colegio ni mucho menos como aquel profesor de la escuela de fútbol.

Por Alberto Ochoa Mackenzie

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