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“Si tenemos paz, llega todo lo demás” Marina Granziera

La periodista deportiva de Canal Caracol y Blu Radio, y columnista CROMOS, a partir de nuestra próxima edición, cree y confía en las señales del universo. ¿Cuáles serán?

Por Beatriz Arango
22 de enero de 2016
“Si tenemos paz, llegan la salud, el trabajo y todo lo demás” Marina Granziera

“Si tenemos paz, llegan la salud, el trabajo y todo lo demás” Marina Granziera

De figura menuda y enorme sonrisa, Marina Granziera destila pasión. Habla fuerte, lo que lleva a que muchos piensen que está gritando. Pero no, es la alegría brasilera que le salta los decibeles. Le gusta bailar y no es raro verla por ahí con su cadencia. La mayotr de tres hermanos, habla con esa gracia natural y casi musical de los brasileños. Se emociona cuando recuerda a Freddy Rincón, ídolo del Corinthians, el equipo que sigue toda su familia y, cómo no, su corazón.

Marina cree en los regalos de la vida, en las coincidencias, en las citas del destino. No de otra manera se explica la suerte de estar de visita en Bogotá justo cuando recibió un mensaje de Darío Fernando Patiño, entonces director de Caracol Noticias, para citarla a un casting.

Ella no le había enviado su hoja de vida, aunque sí estaba visualizando vivir en Colombia tras aceptar la propuesta de matrimonio de su novio, radicado en Bogotá.

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Entonces, ella trabajaba con Telemundo, en Miami, ciudad donde vivía con su familia. El punto soñado y de llegada de muchos periodistas para ella fue el punto de partida hacia una nueva vida, que hoy la llena de plenitud y felicidad. Y de certeza. De saber que la vida y la buena fortuna acompañan y ponen citas, solo hay que saberlas leer y aceptar en el momento justo. 

De ese momento increíble ya han transcurrido tres años y medio, o, en términos deportivos, una Copa América, unos Juegos Olímpicos y un Mundial de Fútbol.

Periodista y sicóloga de formación, Marina enumera sus actuales funciones sin que le falte el aire ni le sobre tiempo: “Tengo la fortuna de ser periodista deportiva en el Gol Caracol, en Caracol Noticias, en Blu Radio y hago un programa de internet para Golcaracol.com y uno más en Caracol Internacional”.

Con la palabra chévere, que usa casi a manera de muletilla feliz, describe su actual momento profesional. “No tengo mucho tiempo para mí, pero he podido experimentar cosas muy diferentes y eso es lo mejor. Complementar con radio mi trabajo en televisión, además de internet. Soy una privilegiada al poder ejercer mi profesión en formatos diferentes”.

Una profesión a la que llegó, también, por una suerte de guiño del destino. 

Veía un juego Brasil-Argentina de la Copa América.  Brasil estaba perdiendo y Marina, más que ver, padecía aquel juego, en medio de expresiones de angustia y gestos y reclamos ante cada jugada. En casa estaba una amiga de su mamá. Brasil empató el juego y el grito de la joven, que ya estaba lista para tomar decisiones sobre su futuro profesional, fue estruendoso. Una evidente explosión de felicidad. La amiga la miró y le dijo: Deberías estudiar periodismo deportivo. “¡Y a mi jamás se me había ocurrido!”, recuerda Marina con una sonrisa que mezcla asombro y gratitud.

Se apresura a aclarar que si bien es apasionante, el periodismo deportivo no responde solo a la fórmula de “me gustan los deportes”. Es mucho más. Implica disciplina y renuncias. “No tenemos noches, fines de semana o feriados. Entré a la universidad con esa convicción y aquí estoy cumpliendo ese sueño”. 

 

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Vestido: Jorge Duque Vélez. 

 

Cuestión de genes

Y es que a Marina el sueño llamado deportes, que luego combinó con periodismo, la atrapó desde muy pequeña. Siempre ha estado cerca de los logros de los brasileños en el mundo, gracias a la compañía de su papá Fernando Granziera.

“Mi papá y yo somos compinches en el tema. Cuando nació mi hermanita, mi mamá, obviamente, empezó a cuidarla y a dedicarse a ella, y mi papá me cuidaba a mi. Se empezó a crear un lazo especial. ¿Y qué hacen los papás? Ver fútbol, seguir la F-1 (Brasil vivía el furor de Ayrton Senna). Recuerdo que esos eran los programas de televisión que veíamos. Y él además me ponía la camiseta del Corinthians, el club del que toda mi familia es seguidora”.

Y hay más. Más gestos del universo con esos guiños que no se pueden esquivar. 

Marina nació y creció en una época en que Brasil brillaba en el deporte y era la gran potencia del continente. Ella, con emoción, enumera a Gustavo (Guga) Kuerten, en el tenis; campeones mundiales de fútbol y Ayrton Senna se destacaba en las carreras de la Fórmula 1. Sobraban los motivos para celebrar.

“Era muy chévere todo este ambiente. Y el deporte nos daba la sensación de que todo estaba bien, mostraba el lado bueno de la sociedad, era la noticia feliz”. 

No se equivocó. Nacida en Sao Paulo, cursó su carrera en Italia y EE.UU. Se graduó en periodismo y sicología, aunque siempre supo que su escenario laboral estaría asociado a los deportes. 

 Mientras estudiaba, en 2010, empezó a salir con un amigo de Colombia. “Él fue a Miami con unos amigos, nos vimos y la pasamos bien. Había una atracción cierta y decidimos ser novios de lejos. Un año después, me iba a graduar de la universidad y mi novio, Iván Bonnett, me pidió que nos casáramos. Dije que sí, pero le sugerí que no pusiéramos fechas”.

Entonces, Marina estaba trabajando en Telemundo en Deportes. Tenía el trabajo soñado y no se imaginaba cambiando de planes. Solo pensaba en consolidar su carrera. 

La idea del compromiso y una posible vida en Colombia junto a su amor la impulsó a enviar hojas de vida. Solo para ver qué sucedía. De nuevo, lanzaba sus cartas al universo para que este le diera señales que ella estaba dispuesta a atender y seguir. Y llegaron. 

“Estaba en Bogotá de visita para ir con mi novio al matrimonio de unos amigos. Me regresaba el martes a Miami y ese domingo previo revisé mi correo y tenía un mensaje de Darío Fernando Patiño”.

El director de Caracol Noticias le preguntaba si tenía planeado visitar Colombia en los próximos días para conversar con ella. Marina se sorprendió porque todo parecía obra del azar: ella no le había enviado su hoja de vida a Patiño. Este la había recibido a través de una amiga que se la compartió vía correo electrónico. Y, para rematar, ella estaba en Bogotá justo cuando él le escribía. Las piezas de un maravilloso rompecabezas alrededor de su vida empezaban a encajar con una sorprendente naturalidad. 

Aceptó el evidente guiño del universo y la visita se extendió una semana más. Entrevistas, pruebas en estudio, conocer a Javier Hernández Bonnett, director de Deportes, comprar ropa para las pruebas… En medio del asombro, Marina y su novio entendían que el destino jugaba las cartas a su favor. 

Volvió a Miami y siguió con su vida. Se decidió a ponerle fecha a su boda. Era  enero de 2012 y decidió que se casarían en noviembre. “Si no me sale el trabajo con el canal, me voy a Colombia y vemos qué hacemos”, le dijo a su novio.

En febrero recibió la llamada de Hernández, su futuro jefe, quien le preguntaba si estaba lista para Bogotá. ¿Cuándo?, dijo Marina. “Ya”, le respondió Javier sin darle tiempo a las dudas.  

“Renuncié a Telemundo. A todos les parecía una locura. Me vine para Colombia y al mes siguiente empecé a trabajar. De una vez comencé en Blu Radio, para soltarme y tomar confianza. Llegaron los Olímpicos, luego el Mundial, en mi país, y todo se me facilitaba al ser brasileña”.

 

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Vestido: Especia (El Retiro/El Tesoro). Aretes: Daniela Salcedo. Calzado: Christian Louboutin. 

 

Balance 

A la hora de hacer balances y de resumir lo que ha sido su vida en Colombia, pide que la pellizquen. “A veces no lo creo. Tantas angustias que uno maneja en el día a día… Pensaba: no voy a conseguir trabajo, no me van a querer, ¿la sociedad colombiana sí será tan abierta para aceptar que una extranjera le hable de fútbol?… Tres años después me miro y ¡wow!: cubrí el Mundial, la Copa América, las Eliminatorias. ¡No puede ser! Quiero agradecer lo que tengo ahora. Esto no le pasa a todo el mundo”.

Su esposo, ejecutivo en una compañía de alimentos, la apoya. “La vida de él es normal, llega a las cinco de la tarde a la casa, descansa los fines de semana. Es duro adaptarse a mi rutina y él lo ha hecho de forma amorosa”.

 

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Shorts y top: Daniella Batlle (@daniellabatlle). Aretes: Daniela Salcedo (ds_danielasalcedo). Calzado: Michael Kors.

 

Aprendizaje

Luego de llegar a la meta con un buen tiempo personal, de anotar el gol soñado para su equipo, de lograr el ace que todos admiraron, Marina sabía que debía seguir entrenando y dando muestras de su esfuerzo y voluntad. Conocía poco del deporte colombiano y sus pasiones. De sus héroes actuales y glorias pasadas. Empezaba el camino del aprendizaje. La dedicación del deportista estaba con ella. 

No olvida que su primer día en Blu Radio,  Colombia le ganó 4-0 a Uruguay en Barranquilla. Consiguió voces de los jugadores, reacciones, en medio de la emoción de un país y de los nervios propios de una primera vez. “¡No los conocía!”, dice con una expresión de incredulidad. “No tuve escapatoria: era aprender ya o adiós”. 

Y no se escapó. Aquí sigue, aprendiendo y admirando a los colombianos por su pasión y a los deportistas por sus logros.

Uno de los que más gratos momentos le ha dado, por lo aprendido y por lo que ha visto de los colombianos, es el ciclismo. Ella que viene de un país donde no hay tradición en esta disciplina, se declara encantada y asombrada. 

“No tenía idea sobre cómo era un Tour de Francia, y me preguntaba cómo, si un ciclista llegó décimo en la etapa era primero en la clasificación general…”. Y así, fue conociendo y entendiendo esta pasión, que se vive con los nombres Rigoberto, Nairo, Esteban, Mariana…

El fútbol sigue siendo su favorito. El deporte que le recuerda gratas jornadas en Brasil, al lado de su padre. Cuenta que no se ha aficionado a ningún equipo de Colombia y se siente bien al poder mantener esa neutralidad. En la camiseta que ocupa su corazón solo se lee Corinthians. Y por eso, ni siquiera una entrevista a Messi o a James, o a Falcao supera el recuerdo del día que conoció a Freddy Rincón, ídolo en el equipo de Brasil. 

“El día que vi a Rincón, me bloqueé. Me quedé con la boca abierta, lo miraba, una y otra vez, y yo solo atinaba a decir ¡Es Freddy!”. 

Marina aún no se lo cree. Este año le recordará que los ciclos de la vida van y vienen para impulsarnos a hacer balances y a mantener la mirada al frente, porque allá está el futuro. Ya está lista para volver a vivir las jugadas de la Eliminatoria, se emociona al pensar en los Olímpicos de Río 16 y cada día se siente más a gusto en Colombia.

Ella, la que cree en las señales del universo, tiene los brazos abiertos para lo que este le quiera conceder en el bisiesto 2016. 

 

***

Tradiciones en Brasil

Marina Granziera nos compartió algunas de las tradiciones que celebró con su familia para despedir 2015 y recibir 2016. 

1. Preparamos una torta y con cada ingrediente que le pusimos formulamos un deseo. La servimos para todos el primero de enero. 

2. Quemamos papeles con lo que queríamos que el año viejo se llevara, al estilo del muñeco de año viejo aquí en Colombia.

3. A la medianoche del jueves 31 saltamos siete olas en el mar, con el pie derecho. Estábamos vestidos de blanco. Y en unas barquitas le hicimos nuestra ofrenda a Yemanyá, la reina del mar, porque ella cuida nuestro destino y con la ofrenda le pedimos que trajera cosas lindas a nuestras vidas.

4. El 31 de diciembre en Brasil es un día muy especial, de buenas energías. Antes de la medianoche nos dimos un baño, del cuello para abajo, con agua caliente, sal gruesa, hierbas y rosas blancas, para quitar el peso del año, las envidias y lo que queríamos borrar. La cabeza no, porque de allí no hay que borrar nada.

 

 

Fotógrafo: Juan Arellano Asistente de fotografía: Juan David Jaramillo  
Make up: Enrique Trujillo Vestuario: Beatriz Arango Producción: Mónica Ma. Moreno.

Por Beatriz Arango

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