Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

Situación embarazosa

Por Redacción Cromos

20 de noviembre de 2015

PUBLICIDAD

Muchos de los caricaturistas de los principales medios escritos del país, cuando hacen referencia a la presencia y respectiva amenaza que representa la inflación en nuestra economía la ilustran personificado a alguien que está embarazado, en directa alusión a la hinchazón. Como en este momento estamos ya inmiscuidos en una marcada tendencia inflacionaria, no se han  hecho esperar las caricaturas de nuestros gobernantes en avanzado estado de embarazo.

A juzgar por las presiones que afronta la economía pareciera que en este caso estamos frente a un embarazo de trillizos, pues la presión es alta. La primera criatura inflacionaria se gestó con la caída de los precios del petróleo, pues ante el mermado ingreso de los llamados petrodólares, nuestra moneda sufrió una fuerte devaluación. Esta pérdida en el valor del peso ha repercutido en el incremento del costo de todos los alimentos y materias primas básicas que importa nuestro país. Luego, para agravar las cosas y hablando de infantes, se vino el efecto climático conocido como El Niño, que ha traído (y traerá, según los expertos) fuertes sequías a nuestro territorio. Dicho cambio climático ya empieza a generar estragos en varios cultivos y en la producción de alimentos, generando escasez y el respectivo encarecimiento de los mismos. Este travieso “Niño” ha generado que nuestra principal fuente de energía, la hidroeléctrica, se vea corta de agua para producir la electricidad que necesitamos, obligando al país a usar diferentes fuentes de generación como el gas, petróleo y carbón. Estas fuentes alternas son más costosas y el resultado de esto lo veremos reflejado en los aumentos de nuestra cuenta de luz. Es decir, se conjugan este año tres factores que sin duda harán que vivamos un período de alta inflación, que probablemente superará el 6%.

La inflación es un tenebroso enemigo de la población, de esto no debe de existir duda. Por un lado, es lo que describiría como el “impuesto de los pobres”, pues son los principales afectados por el alza de precios. Dada su limitada capacidad de consumo, la inflación atenta contra el estándar de vida, pues la estrechez lleva a sacrificios en el consumo de los productos básicos. En estratos más altos, donde afortunadamente las necesidades esenciales están relativamente satisfechas, lleva a que las familias tengan que sacrificar el consumo de otros rubros, que aunque no fundamentales, sí son muy importantes, léase educación, viajes, recreación, compra de bienes duraderos, etc. Es decir, la inflación termina afectando a todos en una sociedad y de manera conjunta termina golpeando la economía.

Sigue a Cromos en WhatsApp
Read more!

 
 

Por Redacción Cromos

Ver todas las noticias
Sigue a Cromos en WhatsApp
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.