Mujer acostada en el pasto
Hoy en día las mujeres tenemos la posibilidad de escoger lo que queremos para el resto de nuestras vidas, ya sea tener hijos, adquirir un compromiso formal con alguien o simplemente disfrutar de nuestra sexualidad sin comprometernos con algo distinto a nuestras profesiones, intereses o gustos. (Conoce los síntomas de la anuptafobia)
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Sin embargo, para la sociedad es fundamental que tengamos una pareja, por lo que es frecuente escuchar en nuestros grupos sociales, de trabajo o de familia una constante preocupación por nuestras edades y la “poca priorización” (según ellos) por ser madres o por tener una relación para formar una familia y ser “parte” de la sociedad. Pero, ¿realmente para ser mujer hay que casarnos con alguien?
No hay algo que ofenda más que otras personas estén pendientes de cosas que para ti pasaron a un segundo plano y que a la hora de la verdad dejaron de preocuparte hace mucho tiempo. Sin duda sabemos que no vamos a ser la tía solterona llena de gatos que va a recibir a sus sobrinos porque no se realizó con una pareja o porque no tiene un hijo, al contrario regalarse instantes de soledad, en donde solamente importemos nosotras es lo más gratificante que la vida te puede regalar, puedes hacer ejercicio, viajar, conocer otras personas, y dedicarte a tu trabajo, no por eso estamos diciendo que estamos condenadas a no encontrar el amor o en un futuro a tener ganas de ser mamás.
La decisión de estar soltera no significa que seas amargada, o que no seas una mujer, por el contrario este es el estado de más control femenino, porque en él, puedes aprender a ser más selectiva, y a identificar lo que realmente estás esperando para que tu vida sea “perfecta” para ti, a la hora del té a nadie le importa más su felicidad que a ti misma. (El arte de ser soltera)
Seguramente has experimentado la satisfacción de ver a algunas de tus primas o amigas con hijos asumiendo responsabilidades que por ahora no contemplas, y que aunque los niños te hacen feliz por ratos, definitivamente sigues comprobando que amas tu independencia y las decisiones que te han llevado a ser quien eres hoy en día.
¡Claro que tienes un príncipe!, pero no propiamente azul, sino morado, verde, amarillo o blanco, el color no importa, lo que realmente interesa es que te sientas tranquila porque no estás buscando algo, sino que sabes que el destino confabulará a tu favor, siempre.
Además, ser una mujer soltera hace que seas más segura de ti misma, no te detienes por nada y mucho menos por nadie, exploras, experimentas, no te limitas y la luz que traza tu camino la enciendes tú.
Así que es hora de levantarnos la falda, y dar de que hablar, la guerra mediática de la soltería debe llegar a su fin.