Hola María Pasión, Doctora Corazón:
Vivo y trabajo en el extranjero donde conocí a un tipo. Es 4 años mayor que yo y es sumamente adictivo. No lo digo solo por mí, sino también por las otras personas, ya que siempre logra convertirse en el centro de atención. Es buen conversador, chistoso y encantador. Al ser así, siento mucha presión para ser la mejor y dar el 100% de mí. Siento que no soy suficiente para él y eso es algo a lo que no estoy acostumbrada. Por lo general soy yo la que se lleva toda la atención.
Se que son inseguridades, pero ¿cómo trabajarlas?, ¿qué debo hacer para disfrutar de una noche juntos, sin pensar todo el tiempo en cómo camino, cómo luzco o qué estarán pensando de mí?
A mis ojos, el tipo tiene dos personalidades. Una que le muestra a muy pocos, donde es tierno, detallista, caballeroso, fiel y consentidor. La otra, no es tan buena, pues es sumamente posesivo, mentiroso, coqueto y hasta manipulador. Ese es su lado más oscuro, que es muy parecido al mío, pues la mayoría de las veces, tiendo a controlar las conversaciones, logro lo que quiero e incluso llego a mentir si es necesario. Básicamente, soy una actriz que encontró al ganador del Óscar. La gran diferencia es que yo soy sumamente pasiva al hacer mis movidas y casi siempre tienen una buena intención. No hago daño a nadie y mucho menos paso por encima de la gente.
Gracias por su consejo y asesoría.
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Querida lectora:
Me alegra que me hayas escrito para una asesoría personalizada. Como sabes, a través de la consulta por carta te daré tres consejos para que puedas enfocar un poco mejor lo que está pasando con esta pareja histriónica que describes.
1. Las parejas en las que ambos reciben atención son las más estables. Una pareja donde él es el sol y ella sólo la que le limpia la alfombra no es una unión que los mantendrá siempre contentos. Hace poco escuché con sorpresa que la mujer de Hawkings dijo que “no existía equilibrio en nuestra relación porque él sólo se concentraba en la física. Me trataba como a una sirvienta. Estaba allí para prepararlo todo. No me tenía mucho respeto”. Hay que tener claro que estar casado con alguien que sólo demanda atención puede llegar a asfixiar el cariño que se le tiene a esa persona. El amor entre dos ha de repartirse con justicia, pues ambos se alimentan del mismo amor.
2. Si bien dices que tu pareja tiene dos caras, como si fuera un disco, y que tú sabes que tienes en tus brazos a un hombre consentidor y manipulador, lo que me gustaría preguntarte es: ¿estás dispuesta a compartir tu corazón con alguien así, con dos facetas opuestas? Esto ni es bueno ni es malo, pero es muy agotador. De todas formas, como me afirmas que tú eres una actriz y también manipulas, a lo mejor te has encontrado con la horma de tu zapato.
3. La honestidad es la base de las relaciones sanas, sin embargo, entre el candidato al Óscar y una actriz, puede existir amor verdadero. ¿Viste la peli True Lies?
Me tranquiliza (¡y bastante!) que nunca tienes intenciones de hacer daño a los demás en principio, sin embargo, quiero contarte que cualquier manipulación y cualquier mentira, por más blanca que sea, es una falta de honestidad. Una persona honesta puede pedir explicaciones con más derechos que una persona deshonesta. ¿Entre deshonestos quién puede exigir cuentas claras?
Aristóteles decía: El castigo del embustero es no ser creído, aun cuando diga la verdad.
Las mentiras son el mejor camino para descubrir la verdad, cuando se pillan, cuando se coge a la persona con un engaño o diciendo falsedades. Sin embargo, yo creo el amor no se hizo para jugar al detective con tu pareja, sino para disfrutar sin engaños de lo que ambos son. Estoy convencida que lo más grande de tu corazón no es tu capacidad de manipular. ¿A qué esperas para sacar a brillar tu corazón?
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