Test para medir en pareja el poder de negociación

1. Su esposo decidió llevarse su carro porque el de él tenía pico y placa. Usted debió hacer todo su trabajo del día en taxi y llegó tarde a sus citas. 

a. No es la primera vez que pasa. Ya se sabe de memoria el teléfono de la central de taxis.

b. Le manda un mensaje por WhatsApp reclamándole por su egoísmo con el emoticón del guiño. 

c. Se encarga de recordarle todo el día, con llamadas y mensajes, que por su culpa ha llegado tarde o ha dejado de cumplir 

citas importantes. 

2. Su esposa hace en público comentarios molestos sobre el lugar donde viven, cómo “Es que él escogió casa y yo quería apartamento”. “Llegamos tarde porque vivimos lejos, es que como él eligió ese edificio…”. 

a. Permanece tranquilo, no se irrita y piensa “Ella es así, a veces imprudente, y así la escogí y la quiero”.

b. Le hace gestos de desaprobación y ella entiende que debe moderar sus comentarios. 

c. Le reclama airoso en frente de sus amigos: “Hasta cuándo vas a seguir con el mismo cuento. Se te rayó el disco”. Semanas después reciben una invitación y usted se niega a ir. 

3. Cuando hablan con sus amigos de tener hijos, su esposo se mantiene en la posición de que no quiere. Y lo dice con énfasis y con frases como “Yo prefiero viajar”, “Este mundo está muy complicado para traer más gente”.

a. Se resignó a la idea de que no habrá hijos y lo asume con serenidad, porque de eso se trata ser pareja: ceder.

b. Parece resignada, pero en voz baja comenta con su mamá y hermanas lo mucho que desearía un bebé.

c. Llora y se siente mal cada vez que ve a sus sobrinos, no va a fiestas infantiles y la cara de su esposo la imagina con un sello de Culpable. 

4. Un día, su esposa le comenta que quiere estudiar un MBA. Luego le comparte una propuesta de irse juntos a Europa un año, donde ella cursaría sus estudios. 

a. Usted se alegra por ese deseo de superación, y empieza a imaginar la vida juntos en otro país. 

b. Habla en su oficina sobre el futuro viaje y les pide que evalúen la posibilidad de trabajar a distancia o de un traslado.

c. Se enfurece porque no le consultó antes de aplicar a la maestría, y le recuerda que usted abandonó una especialización al casarse, por motivos de tiempo y dinero, en conclusión: ¡por su culpa! 

5. Al llegar a casa, se encuentra con una moto de alto cilindraje en el parqueadero. Su compañero la compró, porque, dice “siempre quise tener una”, “así resolvemos el problema de tener un solo carro”, “esto casi no gasta gasolina”. 

a. Le gusta la idea, le pide que tenga cuidado, pero no le menciona nada de cuánto le costó el vehículo o cómo lo va a pagar.  

b. Le recuerda que esos gastos no estaban en el presupuesto, que trate de ajustar otros egresos para que la compra no afecte la economía familiar.

c. “¿Cómo se te ocurrió? ¿De dónde la vamos a pagar? ¡Te vas a accidentar y qué hacemos contigo incapacitado, con qué pagamos las deudas!”, son las frases que usted grita apenas se entera de la noticia. 

6. Tienen dos hijos y desde el principio quedó claro que las responsabilidades como padres serían compartidas…

a. Él pocas veces colabora a la hora de llevarlos al colegio o vestirlos si usted está enferma o tiene que salir temprano al trabajo. Usted lo entiende, pero ya le pidió que salgan a tomarse un café para hablar del tema. Está convencida de que conversando todo es posible.  

b. Cuando está muy apurada le pide ayuda con vehemencia, pero todo lo debe hacer otra vez: peinar, lavar los dientes, organizar el uniforme, llevar a la fiesta infantil… 

c. Su compañero ni se da por enterado de que los hijos tienen una fiesta o una presentación en el colegio. Incluso, cuando los deja solos, él la llama o le manda mensajes desesperados. Asumir el cuidado de los dos hijos es para él una tarea para Premio Nobel, solo que nunca se lo gana. 

7. Quieren remodelar la casa y varias veces han conversado sobre el nuevo diseño de su espacio.

a. Está de acuerdo con la nueva distribución de la casa, le gustan las sugerencias que ella ha hecho y le agrada cuando llega a casa con una nueva idea. Están construyendo, de manera literal, su futuro. 

b. Le gustaría que lo tuviera en cuenta a la hora de tomar decisiones, bien sobre la distribución de los espacios o sobre la mampostería nueva para el baño. Usted pasa poco tiempo en casa por su trabajo, pero le gustaría ser tenido en cuenta.

c. Ya no quiere decirle más que la casa es de los dos. Ha esperado que tome en cuenta su opinión. Por eso, usted ha llamado de manera individual, y varias veces, al arquitecto de la obra para hacerle sus peticiones personales, “Porque esta casa también es mía. ¿Quién se cree?”. 

8. Cuando se fueron a vivir juntos, distribuyeron los gastos del apartamento. Hoy, su pareja gana más y quisiera que asumiera algunos pagos que a usted se le dificultan esta temporada. 

a. Le propone que vayan a cenar y le cuenta cuál es el propósito de la conversación. Le lleva una explicación por escrito del plan de gastos actual y dos propuestas para que entre los dos elijan la que más les conviene.

b. No le gusta la situación y se le nota molesta las fechas de pago de algunas cuentas como los servicios públicos o la administración del edificio. Él le pregunta que le pasa y usted siempre responde “Nada”.

c. Les cuenta de su molestia a sus amigas y a su mamá. Les dice que se siente timada y que ya no aguanta más. Él, no tiene idea de lo que sucede, pero si le ha comentado que ellas se comportan de manera diferente. 

9. Una de las claves del éxito de su relación ha sido el acuerdo para tener espacios sin celular, como la cama, el comedor o cuando van a un restaurante.

a. Los dos han respetado el acuerdo y son la admiración de sus amigos. Saben desconectarse y concentrarse el uno en el otro. Fue una idea suya y él lo reconoce con una amorosa mezcla de gratitud.

b. A ella se le olvida con frecuencia el acuerdo y se excusa diciendo que es urgente, que tiene mucho trabajo o que una amiga la necesita porque está triste. Usted acepta a regañadientes. La ha descubierto usándolo a escondidas para que usted no se moleste. 

c. Si ella se atreve a usar el celular en su presencia en estas situaciones, le espera un regaño monumental, y la acusa de faltar a sus compromisos. Se demora un largo rato en volver a estar tranquilo y amoroso. 

10. Las jornadas laborales siempre han sido motivo de desacuerdo, porque su pareja actúa como si el único que se cansara fuera él. Y cuando usted se queja o pide ayuda, él no escucha.

a. Actúa con asertividad y le encarga tareas de manera paulatina, no lo atiborra con peticiones. Lo deja que descanse un rato y luego lo ocupa con alguna labor en casa. 

b. Siente que es uno de los temas que más le molesta de él y que descubrió cuando empezó la convivencia. Pero, como siempre, no se lo dice. 

c. No bien el hombre se acerca a la cama usted empieza con la retahíla de regaños. “¿Por qué eres tan desconsiderado? ¡Yo también me canso!, se le oye decir en casa en tono poco moderado. 

Respuestas:

A. Entre 6 y 10 respuestas A. Si bien no están siendo totalmente asertivos a la hora de negociar, no lo hacen mal. A veces negocian bien, pero en otras ocasiones no son tan evidentes sus habilidades. Van por buen camino. Evalúen antes del paso definitivo.

Claves: Hacer una lista de los temas sobre los que necesitan llegar a acuerdos. Ser sinceros y conversar sin dejar cabos sueltos. Asumir el compromiso de cumplir, siempre, lo acordado o conversar posteriormente sobre alguna modificación.

B. Entre 5 y 8 respuestas B. Dejan que las decisiones importantes queden en manos de la otra persona y esperan que el tiempo pase. Hay que preguntar y exigir respuestas claras y concretas. Su pareja se tensiona cuando usted reacciona.

Claves: Elegir un espacio tranquilo para discutir sobre el asunto que incomoda a uno de los dos. Un lugar que no frecuenten con amigos. No guardar temas porque creen que no son importantes. Si a alguno de los dos le causó molestia, sí es relevante.

C. ¿Respondieron muchas C? ¿Muchas, muchas? Están graves en negociación. No hay manera de conciliar y buscar acuerdos con rabia, gritos y reclamos. Traten de controlar la ira e inviten la sensatez a su vida, para que puedan llevar una relación en armonía. 

Claves: Recordar que todo es negociable y que en el amor el verbo negociar implica dialogar. Cuando empiecen a discutir con rabia y mal tono, uno de los dos se retira y espera a que haya calma. Evitar reclamos. Hablar siempre en plural.

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