1. Usa siempre un producto en buen estado. Lo recomendable es no usar la misma pestañina más de seis meses ya que después de ese tiempo, pueden aparecer bacterias que infecten el ojo. Además, la textura y el efecto no serán los mismos.
2. No comiences por las puntas. La pestañina debe ser aplicada desde la raíz, realizando movimientos en zig zag de forma ascendente. De esta forma, evitarás que las pestañas se peguen entre sí y lograrás un hermoso efecto curvado.
3. Elige el cepillo adecuado. Si lo que quieres es dar volumen extra a tus pestañas, elige un cepillo grueso y grande. Pero si lo que deseas es que luzcan más largas, opta por un cepillo fino.
4. No bombees el producto. Al hacerlo, entra aire al tubo y esté secará la pestañina mucho más rápido, provocando grumos.
5. Limpia la punta del aplicador antes de usarlo. Pero no lo hagas en el cuello del tubo. Esto solo ocasionará que se acumule producto en esta zona reando grumos. Ten a mano un pañuelito de papel y pásalo cada vez que la punta salga recargada con el producto.
6. Aplica dos capas. Evita que pase mucho tiempo entre la primera aplicación y la segunda. Si pasas la segunda capa cuando las pestañas ya están secas, existirá mayor probabilidad de acabar con grumos o pestañas pegadas entre sí.
7. Limpia las manchas. Si al aplicar la prestañina te manchas los párpados, espera a que se seque bien el producto. Al final solo tendrás que pasar un copito y retirar.
8. Pasa un peine para pestañas. Una vez has aplicado las dos capas de pestañina, puedes pasar un cepillo para pestañas para acabar de separarlas y quitar cualquier grumo que haya quedado. Lograrás un acabado mucho más profesional.
9. No prestes tu pestañina. Los ojos pueden tener infecciones y enfermedades, por eso, compartir tu pestañina pude resultar perjudicial. No solo es cuestión de higiene, sino también de salud.
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