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¿Usted tiene pensamientos antisexuales para retardar la eyaculación?

Entrevistamos a Ezequiel López Peralta, autor de la 'Guía práctica del erotismo infinito', un libro editado por Grijalbo en el que reflexiona sobre el culto a la genitalidad, la importancia de cumplir las fantasías, el efecto del porno en las personas, entre otros temas.

Por Redacción Cromos

20 de diciembre de 2019

Pixabay

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¿El culto a la genitalidad le ha hecho daño a la practica del sexo? 

El erotismo es infinitamente más que genitalidad. Es la posibilidad de disfrutar, experimentar y crear con tus cinco sentidos, en definitiva un acto artístico. Y cuando solo piensas en la sexualidad desde la perspectiva genitalista, tu placer siempre será limitado. Incluso ese modo de pensar y vivir la sexualidad genera una mayor expectativa de rendimiento, particularmente para el hombre para también para la mujer, y esa presión suele ser el punto de partida de las disfunciones sexuales que conocemos.

 

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En su libro escribió “el porno es la ciencia ficción del sexo”. ¿Puede ampliar esa idea?

En las películas porno todo es exagerado, sobredimensionado y te diría sobrehumano: el tamaño de los genitales, el rendimiento, las expresiones de placer. Y todo bien con el porno, me parece una forma de estimulación visual y auditiva válida y excitante, pero siempre y cuando no perdamos el parámetro de la realidad. Por eso digo que es ciencia ficción, ya que por un lado las personas de la industria XXX tienen unas capacidades muy especiales y poco comunes, pero además con efectos de cámara y edición se consiguen imágenes realmente espectaculares, pero irreales.

 

¿Para qué sirve un plan de desarrollo erótico? ¿Es una política personal que todos deberían tener?

Desde mi punto de vista, así como a fin de año hacemos el balance de lo que vivimos y la proyección de lo que deseamos desde el punto de vista económico, laboral y familiar, sería interesante y necesario realizar el mismo ejercicio con el aspecto erótico. ¿Qué esperamos mejorar? ¿Qué metas puntuales, medibles y razonables podemos trazar? ¿Cómo las voy a conseguir? ¿Cuánto tiempo nos dedicaremos a trabajar en eso? ¿Cómo me sentiría si alcanzo esos logros?

 

Para las parejas estables, que llevan muchos años juntas: ¿cómo pueden combatir la monotonía en la cama?

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Primero que nada tomando consciencia de la situación y alinéandose para hacer lo necesario al respecto. Si los dos no le dan la misma importancia a su sexualidad, no tiene sentido que intenten mejorarla, al menos en el plano de la pareja. Y a partir de ahí es necesario desarrollar una comunicación erótica asertiva, es decir clara, directa y positiva. Conversar acerca de lo que más les excita, aquello que les saca de clima, compartir fantasías pendientes. Y lo más importante de todo, utilizar la creatividad como el recurso más importante para engañar al rutinario cerebro, creando sensaciones de novedad y transgresión. En mi libro Guía práctica del erotismo infinito presento un programa de entrenamiento de cinco pasos para las parejas que esperan superar la rutina, y profundizo en esos temas.

 

¿Cuáles son los pensamientos antisexuales? 

Son aquellos pensamientos como imágenes o ideas que, a manera de rumiación mental, te distraen de lo que está pasando en la escena erótica y generan un letal efecto de desconexión. Van desde acordarte de que se venció la tarjeta de crédito, estar todo el tiempo pensando en que los niños se despiertan o pensamientos tales como «espero que esto se termine rápido» o «cada vez disfruto menos de lo que hacemos». En estos casos proponemos encender el piloto erótico, disponiéndose lo más positivamente posible para el acto sexual, y utilizando las fantasías para engañar a esos pensamientos intrusivos.

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En su libro pone la lupa en las fantasías sexuales ¿por qué son importantes para la relación en pareja? ¿Se deben cumplir en pareja o por separado? 

Las fantasías sexuales son el motor del deseo y el insumo clave para salir de la rutina en la cama. Pienso que es importante clarificarlas internamente, compartir algunas con tu pareja y decidir inteligentemente cuáles van a poner en práctica y cuáles no. Es evidente que algunas fantasías no vamos a compartirlas porque quizás deseamos conservarlas como algo privado, y otras que pueden ser muy atractivas al conversarlas de a dos pero en la práctica tienen riesgos que es mejor no correr. Tenemos que saber gestionarlas, y esa es una de las claves de las parejas que logran reinventar su erotismo.

 

¿Por qué es falso el mito “cuanto más dures, mejor amante eres”?

Es falso, tal es así que a veces bajo ese concepto los hombres duramos demasiado tiempo pensando que somos unas máquinas sexuales pero nuestra pareja ya se desconcentra, se aburre y hasta se duerme. Está claro que el tiempo es una variable importante en el sexo, pero eso no quiere decir que debes durar todo lo que puedas sino encontrar el punto justo que les da placer a las dos personas.

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Reacción genital vs. Matices del estímulo: ¿por qué debemos quitar la atención del pene y de la vagina?

La respuesta de excitación genital es espontánea, por lo tanto si nos enfocamos en el rendimiento vamos a bloquear la reacción. Es por eso que siempre les recomiendo a mis pacientes que se olviden de sus genitales y pongan su atención en los diferentes estímulos eróticos, de acuerdo a lo que más eficiente sea en cada caso.

 

Explique la diferencia entre el vibrador y el consolador.  Recomiende vibradores para hombres.

El término consolador me parece patético. Estás utilizando un juguete que complementa el estímulo sexual, no te consuela ni te dice que «todo va a estar bien» mientras te da palmadas en la espalda. Si es un dispositivo de forma fálica que no vibra, se llama dildo. Los que sí vibran y tienen diferentes formas, tamaños, funciones y materiales son los vibradores. Para los hombres hay muchas opciones, cada vez más. Eso habla bien de nosotros, en el sentido de que nos vamos abriendo cada vez más a la posibilidad de utilizar estos juguetes. Los más utilizados son los masturbadores de pene con forma de huevo, cilindro o vagina. Son de materiales muy amigables, algunos vibran y succionan, y en general se les coloca un gel de calor para provocar sensaciones más realistas.

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Luego tienes los anillos vibradores que se colocan en la base del miembro erecto, generando presión y cortando el retorno de la sangre por vía venosa. Eso mantiene una erección rígida, aunque en algunos hombres es incómodo y aprieta demasiado. Recomendación importante: no usarlos más de media hora. Después están los estimuladores de próstata, con una forma curva y diferentes programas de vibración, muy placenteros para los hombres que quieren llevar su excitación a otro nivel y se animan a experimentar los juegos anales.

 

¿En qué se diferencia la Guía práctica del erotismo infinito de El placer de seducir y Confesiones de un besólogo?

Todos mis libros son muy diferentes, y me siento orgulloso de cada uno de ellos. Pero en este caso me puse el reto de escribir el libro de sexualidad más práctico que se haya publicado hasta el momento, y espero que mi público de un buen veredicto. Los libros anteriores estaban más pensados para explicar diferentes situaciones de la sexualidad y la vida erótica, pero no tenían prescripciones tan definidas.

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Dicho de otra manera si en El erotismo infinito (mi primer libro) te explicaba cómo darte cuenta de que tu deseo sexual estaba bajo y por qué ocurría eso, en Guía práctica del erotismo infinito te presento un plan de trabajo para superarlo. De hecho planteo ocho planes de entrenamiento para las habilidades eróticas que hombres y mujeres consideran más importantes: control de la eyaculación, calidad de las erecciones, cambios en el guión erótico, alcanzar el orgasmo, comunicación erótica efectiva, entre otros. Por supuesto que esta lectura no sustituye a la consulta profesional especializada, pero es un muy buen primer paso en el proceso de cambio. Y por otro lado no es necesariamente un texto para personas con problemas sexuales, sino más bien está pensado para quienes tienen una sexualidad satisfactoria pero desean seguir mejorándola.

 

Por Redacción Cromos

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