Wynwood Walls en Miami, el barrio del arte callejero

Que Miami era algo más que la escala para llegar a Disney yo no sabía. Y, por las reacciones que he tenido ante mi reciente “revelación”, era la única en este mundo que no lo sabía. Por un tema de logística familiar, de tiempos de vuelo y precios de pasajes, más que por voluntad de los viajeros, terminamos unos días en esta ciudad de la Florida. 

No puedo decir que haya conocido Miami, todavía no diferencio Coconut Grove de Coral Gables, no sé si es mejor comprar en Aventura o en Dadeland y no tengo idea de dónde se come el mejor stone crab ?cangrejo moro? de la ciudad (aunque parece haber consenso en que es en Joe’s Stone Crab). Teníamos un itinerario demasiado ambicioso que incluía un poco de playa, casi nada de compras, una visita a los Everglades a ver lagartos desde un aerobote (si: como el que monta Horatio Cane al comienzo de CSI Miami) y manejar hasta Key West.

Colindando con Wynwood está el Design District: un sector destinado a moda, decoración y diseño, con arquitectura impactante, lindos parques, galerías, restaurantes y sucursales de las grandes marcas.

Si me permiten hago un paréntesis de un párrafo para Key West (Cayo Hueso), una isla tropical con una onda relajada y kitsch, donde el atractivo no son las playas. El punto más al sur de Estados Unidos ?en kilómetros está más cerca de La Habana que de Miami?, cuna de la tarta de lima con merengue, hogar durante una década de Ernest Hemingway y paraíso gay. ¿Necesito decir más? Ok. En el cementerio de Key West hay una tumba con la inscripción “Te dije que estaba enfermo”.

Vuelvo 250 kilómetros al norte, a Miami, a mi revelación, a los Wynwood Walls, unas paredes al aire libre, curadas, como las de un museo tradicional, pero cubiertas de arte callejero, de pintura en spray, de graffitis pintados por artistas sin el temor de ser perseguidos por la policía. Wynwood era un barrio de inmigrantes puertorriqueños. Eran cuadras plagadas de bodegas y talleres, basureros y lotes abandonados, un lugar de apariencia desaliñada, sin ninguna gracia y con delincuencia. Inversionistas que vieron el potencial del sector, dada su ubicación privilegiada cerca del centro y de Miami Beach, empezaron a comprar propiedades y pusieron en marcha un proceso de aburguesamiento. 

1.133 millones de personas hicieron turismo en 2014. En 1950 fueron 25 millones.

Tony Goldman, uno de los responsables de la reinvención de SoHo (Nueva York) y de Miami Beach, visualizó Wynwood Walls como el centro de esta transformación e invitó a exponer a reconocidos artistas callejeros. Esto llevo a que las paredes del vecindario, no solo las de la visión de Goldman, atrajeran a artistas de todo el mundo. El resultado es un barrio colorido, de arte extraordinario y enorme, un museo espontáneo con imágenes de bebés verdes musculosos, de elefantes de muchas trompas, de mujeres con máscaras de pájaros, madres amamantando a sus hijos. Pero ojo: la esencia efímera del graffiti se conserva: las paredes que yo vi no serán las mismas que verá usted. 

*Disculpas para quienes ver Miami en una sección de turismo equivale a ver El otoño del patriarca, El baile del perrito o Angry Birds en una lista de novedades.