Foto: Cortesía.
Ricardo Zanabria sale del taller de carros en el que trabaja, rumbo al infierno en la tierra, como todos le llaman al Bronx. Mientras está consumiendo su dosis de bazuco, escucha los gritos provenientes de una casa y decide entrar, ignorando que jamás podrá salir.
Veintiocho de mayo es el corto ganador del premio a “Mejor Primer Corto Profesional”, del Festival de Cortos de Bogotá: Bogoshorts Film Festival en 2016. Con imágenes del circuito de seguridad instalado en la calle del Bronx y la participación de actores naturales se reviven unas de las escenas más escalofriantes y reales que se han vivido en la ciudad, recreadas el día del allanamiento.
Fue precisamente el 28 de mayo de 2016 que la Policía y el Grupo de Operaciones especiales de Seguridad (Goes) irrumpieron en las calles del Bronx, en el Centro de Bogotá. Los hallazgos durante y posterior al operativo fueron macabros: personas picadas, torturadas y encadenadas, así como elementos de brujería, animales y laboratorios de drogas. “Este hecho histórico fue recreado para recodarle a la gente que si esto pasó, podría volver a pasar y que no deberíamos olvidar, porque esto ocurrió en Bogotá y afectó a mucha gente directa o indirectamente”, cuenta Jeferson Cardoza, director del corto.
Sigue a Cromos en WhatsApp“Después de que ganamos el premio con Bogoshorts fuimos a hacer investigación. Ya se había acabado el Bronx, así que fuimos también a otros lugares donde vendían droga en Bogotá, como el “Samber” y el Santa Fe, donde aparte ya teníamos contactados unos “sayas” que eran del Bronx. Hicimos una convocatoria abierta a casting donde invitamos a gente que vivió en esa época en las calles del Bronx, que nos compartieron sus relatos y experiencias de vida”, añade Cardoza.
El elenco se destacó por la participación de actores naturales como Miller Cardozo, Jeancarlo Ballesteros y Harbey Zamudio, quienes vivieron en el Bronx y le dan un tinte realista a la historia. “Dentro del casting había niños de 5 años que concieron el Bronx, que ya sabían que era un bareto o una bicha de bazuco, así como chicas que contaban cómo se habían dejado llevar por el vicio y a causa de eso duraban dos o tres meses internadas en el Bronx. Incluso en ese proceso una de ella lloró contándonos todos los abusos que tuvo que sufrir en ese lugar”, relata Cardoza.
El corto producido por Alejandra Osorio, bajo la dirección de arte y fotografía de Ricardo Téllez y Santiago Cortés, es protagonizado por Juan Pablo Barragan, quien encarna la historia base, inspirada en la vida de uno de los amigos con el que Jeferson algunas veces visitó el Bronx. “Cuando yo iba era muy chico, iba por un porro y me iba para el colegio, pero íbamos normal y salíamos. Íbamos y salíamos. El se empezó a quedar, duraba dos días, después tres días, y lo empezamos a dejar de ver. Después de que vimos que mi amigo no volvió a salir, yo ya deje de entrar a esos lugares”, cuenta Cardoza.
Las reglas dentro del Bronx eran claras. La imprescindible: obedecer a los “sayayines”, quienes se encargaban de la seguridad del lugar. “Uno a esa edad sabía que hacían sus reglas y leyes, no podías entrar con una capota puesta, uno sabia qué podía hacer o no y se daba cuenta de los abusos, pero nadie podía decir nada, porque si te metías, esa gente se metía contigo”, narra Cardoza. Después del allanamiento la vida de muchos cambió, como es el caso de Harbey Zammudio, uno de los “sayas” del Bronx que participó en el reparto del corto. “Para él fue muy importante que su hija lo viera en otra faceta el día del estreno en la Cinemateca. Esa experiencia de actuar le sirvió para ser otra persona y creo como creador, que lo más bonito de realizar este corto, además de ser una advertencia, fue que estas personas pudieran verse en otra faceta y ese es uno de los premios más gratificantes: ver como uno logra con este arte transformarlos un poco”, agrega Cardoza.
El siguiente paso para el equipo realizador de Veintiocho de mayo es competir en la undécima edición del Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror Mórbido, que se realizará en Ciudad de México del 31 de octubre al 10 de noviembre. “Una de las cosas que planeamos es que siempre que vemos una historia de terror vemos un monstruo fantástico; que es la criatura que te asusta. Los monstruos aquí eran los “sayas”, que de verdad te picaban, personas vivientes, monstruos reales. Más monstruo es una persona que te quita un dedo, que te manda los perros, te tortura, te viola, te encierra, te pega, te encadena. Para mí, eso es un terror real”, expresa Cardoza.
Luego de su regreso del Festival se espera tener una proyección nuevamente en el espacio de Bogoshorts de Cine Tonalá para todos aquellos que quieran apreciar este proyecto.