Alberto Linero, conocido antes como ‘El padre Linero’, es una figura emblemática de la comunicación y la espiritualidad en Colombia, pues ha dejado una huella imborrable en la vida de millones de personas gracias a carisma, su lenguaje sencillo y su capacidad para conectar con diversos públicos lo convirtieron en un referente en los medios de comunicación y en el ámbito religioso.
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Su participación en el programa “Día a Día”, le permitió llegar a un público masivo, ofreciendo reflexiones sobre Dios, la vida, el amor y la espiritualidad desde una perspectiva cercana y comprensible. Sin embargo y luego de años de estar en el sacerdocio, Alberto anunció su salida como padre.
Esta decisión, que generó gran revuelo en los medios de comunicación, fue explicada por el propio Linero como una necesidad de vivir su vida de una manera más plena y auténtica.
¿Quién es la novia del padre Linero?
A pesar de haberse retirado del sacerdocio, Linero no abandonó su compromiso con la espiritualidad ni con la comunicación. Continuó escribiendo libros, ofreciendo conferencias y participando en diversos proyectos relacionados con el desarrollo personal y la búsqueda de sentido en la vida.
Además, su amor por el fútbol y su conciencia de vida, lo llevo a la emisora Blu Radio en la que reflexiona y opina sobre temas delicados y coyunturas del país, como de consejos para sus oyentes.
Si bien su retiro como sacerdote lo aclaró años atrás, este 15 de agosto se conocieron unas declaraciones de Linero sobre los motivos que también lo llevaron a decidirse dejar su lado de cura atrás.
El también escritor señaló que el principal motivo que llevó al excura a abandonar su vocación religiosa fue el sentimiento de profunda soledad que experimentaba en sus relaciones personales más cercanas.
En una entrevista con el programa ‘Se dice de mi’ de Caracol, enfatizó que este asunto es extremadamente personal y difícil de comunicar. Explicó que la sensación de aislamiento y desconexión emocional le resultó abrumadora, lo que finalmente influyó en su decisión de colgar la sotana.
“Ojalá la gente aprendiera que uno no puede juzgar tan fácil las emociones de los demás. Cuando yo dije que había tenido soledad, mi problema no era con Dios, yo no he dejado de creer, no he dejado de orar, nunca he tenido dudas de él. Yo empecé a tener problemas de soledad porque me hizo falta gente, los vínculos no eran tan fuertes como uno quisiera”, puntualizó.
El factor decisivo para su decisión de abandonar la vida sacerdotal fue una experiencia crucial en la que tuvo que ser hospitalizado debido a complicaciones relacionadas con la diabetes. Durante su internamiento, sintió que contaba con el apoyo de muy pocas personas, lo que le hizo reflexionar profundamente sobre su situación.
“Por lo menos yo lo experimenté así, no juzgo a nadie. (...) En esa clínica yo salí con la clara decisión de que me iba, que ya no iba a ejercer más”, aseguró.
No mucho después de anunciar su decisión de dejar el sacerdocio, el conferencista halló el amor en una mujer que había conocido años atrás. Su relación se fue desarrollando de manera gradual hasta que, finalmente, decidieron dar el paso y casarse.
