Fotos: cortesía.
Ubicación: calle 117 N° 6A - 47, Bogotá.
1. El ambiente
Al entrar dan ganas de que arranque un aguacero para quedar atrapado en ese espacio cálido y acogedor el resto de la tarde. La iluminación abraza. La decoración hace que uno viaje muy lejos de la Carrera 7 (con la cual limita). Y el olor a café, que coquetea desde que uno atraviesa la puerta, invita a olvidar las responsabilidades, las preocupaciones, el afán.
Sigue a Cromos en WhatsApp2. El concepto
Este lugar busca ser una máquina del tiempo: devolver a sus clientes a esos años en los que preparar un café era una ciencia, no ese proceso mecánico y aburrido de meter una cápsula en el aparato y presionar un botón. Claro, por estos días necesitamos practicidad, pero en ese camino sacrificamos la posibilidad de hacer que un café sea más intenso, más ligero, más frutal...
3. El servicio
Quienes atienden andan con una sonrisa y con un montón de información en la punta de la lengua: que la preparación del sifón de vacío le da al café un aroma parecido al del chocolate negro, que el cono de goteo es ideal para aquellos que lo disfrutan más dulce, que la bebida de autor del mes es la miel burbujeante. Dan datos fascinantes incluso sin que uno los pida.
4. Para no perderse
Quédese un rato en la barra. Vea cómo manejan todos esos frascos curiosos que hacen que parezca el laboratorio científico más chic del planeta. Déjese hipnotizar por la manera en que riegan lentamente el agua sobre el café recien molido. Recomendadísima la miel burbujeante: una miel aromática y espesa a base de café que se adiciona a una copa con agua tónica, hielo y un toque cítrico.
Para el bolsillo:
El café más suntuoso es el preparado en sifón de vacío ($18.000), pero se consiguen bebidas como el espresso ($4.000) o el capuchino ($6.000).