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Bob Dylan, el primer músico en ganar el Nobel de Literatura

Con este premio, se reconoce la influencia de su obra sobre varias generaciones de músicos durante más de medio siglo.

Por Agencia EFE

13 de octubre de 2016

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Desde comienzos de los de los setenta, las letras de Bob Dylan alumbraron el camino del rock hacia destinos literarios mucho más ambiciosos. Su éxito, hizo reflexionar a los artistas de su épica sobre la importancia de los textos que cantaban.

 

Robert Allen Zimmerman, nacido en Duluth (Minnesota, EEUU), el 24 de mato de 1941, en el seno de una familia de comerciantes judíos, ha sido galardonado hoy, con el Permio Nobel de Literatura por “haber creado una nueva expresión poética dentro de la tradición de la canción americana”.

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Desde el principio de su carrera, sus temas tuvieron el carácter combativo de cantautores como Woody Guthrie, el espíritu errante de los viejos maestros del blues, a quien conoció en 1961 en el Greenwich Village de Nueva York, a donde se había trasladado para convertirse en cantante de folk.

 

Un año después, tras cambiar su apellido judío Zimmerman por el de Dylan, grabó su primer disco gracias al cazatalentos de Columbia, John Hammond. En 1963, editó The freewheelin, el disco que convirtió Blowin in the wind en todo un himno y a Dylan en un mito.

 

 

De su guitarra continuaron saliendo himnos de la época. En 1964, el artista advierte que los “Tiempos están cambiando” y ese mismo año entrega Another side of Bob Dylan, dos obras que lo consolidan como el rey del folk y gurú de la canción protesta.

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Sin embargo, con el tiempo el tono inconformista de Dylan comienza a dar giros inesperados hacia la música electrónica con Bringing it all back home y en la primavera de 1965 viaja a Inglaterra, donde conoce a Los Beatles, quienes influyen de manera decisiva en la manera de escribir sus canciones.

 

 

La ruptura con el folk se hace evidente en Highway 61 revisited, una de sus obras maestras que abre con Like a rolling Stone, considerada por muchos como la mejor canción de toda su carrera y una de las más grandes de la historia de la música.

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Manteniendo la apuesta por electrificar su sonido, Dylan entrega otro título fundamental: Blonde on blonde, un doble disco lleno de poesía corrosiva y melodías rotundas.

 

 

Los textos ácidos de esa época tienen desarrollo en Tarántula, su único libro de ficción hasta la fecha en la que circulan una serie interminable de abigarrados personajes.



"El abogado que lleva un cerdo con una correa/se para a tomar un té y se come el donut/del censor por error. Le gusta mentir sobre/su edad y se toma su paranoia en serio", escribe en el texto que abre el libro.

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Su etapa de efervescencia creativa concluye en julio de 1966, cuando sufre un accidente de moto al que le siguió un retiro de 18 meses en su granja de Woodstock.

 

En 1967 reaparece con John Wesley Harding, con el que da un giro musical hacia el country, un género en el que abundará con su siguiente disco, Nashville skyline.

 

 

Su creciente interés por el cine lo lleva a colaborar con Sam Peckinpah en Pat Garret and Billy The Kid, en la que tiene un pequeño papel y para la que escribió Knockin on Heaven's door.
 

 

En la primera mitad de los años setenta sigue escribiendo himnos y en 1974 publica Forever Young.

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En 1975 se separa de su esposa Sarah con la que tuvo cuatro hijos y el resultado de la ruptura es Blood on the tracks, uno de sus trabajos más personales y celebrados.

 

 

Ese mismo año regresa a la denuncia social y consigue un número uno con Hurricane, una larga canción protesta sobre las injusticias que padeció el boxeador negro ‘Huracán’ Carter.

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A finales de los 70 y principios de los 80, su trabajo refleja una transformación religiosa que le conduce a la conversión al cristianismo y a la que le dedica tres discos: Slow train coming (1979), Saved (1980) y Shot of love (1981), con letras de marcado carácter religioso.



A finales de la década se reúne con sus amigos George Harrison, Roy Orbison, Tom Petty y Jeff Lynne y publican The Traveling Wilburys.

 

La vida del músico corrió peligro en 1997, cuando tuvo que ser hospitalizado por una infección cardíaca. Tras su recuperación cantó en septiembre ante Juan Pablo II en el Vaticano.


Ese mismo año se edita el disco número 38 de su carrera y uno de los más aclamados por la crítica: Time out mind, y en 2001 ganó un Óscar por Things have changed, de la película Jóvenes prodigiosos.

 

Son años de reconocimientos en todo el mundo, que incluyen el Premio Príncipe de Asturias de las Artes de 2007, al tiempo que las letras de sus canciones se recopilan en libros que son leídos como obras poéticas.

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En 2004 publicó la primera parte de su autobiografía, Crónicas, Volumen I, que hasta la fecha no ha tenido continuación. Tal vez porque Dylan está permanentemente ocupado en una gira sin fin por todo el mundo. Y en publicar discos con regularidad, los dos últimos. con viejas canciones del repertorio de Frank Sinatra.
 

 

Por Agencia EFE

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