La intimidad de Carlos Calero es idéntica a su versión pública. Si no está en un estudio de grabación, prefiere permanecer en casa compartiendo con su esposa Paulina Ceballos y sus hijos Sofía y Carlos. Gracias a su perfil en Instagram y TikTok, sus fanáticos han podido darse una idea de cómo es Carlos como papá.
Valora la calidez de sus retoños. Al hablar de ellos sonríe diferente, deja de ser el hombre reconocido por gran parte de los habitantes del país, y aflora el que ama con un sentimiento animal.
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“Paulina y yo hemos hecho un trabajo interesante, a veces ella juega de policía bueno y yo del malo, en eso nos hemos complementado. Creo que ha sido parte del éxito de la educación de mis hijos y hoy puedo decir que son dos buenos seres humanos. Sofi tiene 25 años y Carlos va a cumplir 19. Ya son grandes, pero de todas maneras siguen siendo nuestros bebés, se meten a la cama con nosotros para dormir, nos pechichamos como si fueran unos bebecitos, viajamos los cuatro, gracias a Dios son parte de nuestra vida”, revela.
Recientemente los Calero Ceballos celebraron 26 años de matrimonio. La estabilidad y la buena salud de la relación fueron noticia en portales dedicados al entretenimiento. En tiempos efímeros cuesta creer que una pareja perdure y que, en paralelo, vivan su amor como si recién se hubieran conocido. “Mi esposa y yo disfrutamos de los detalles, apreciamos una buena comida preparada por los dos. Hace poco me sorprendió con un spa en la casa. Somos muy tranquilos, amamos estar cerca, ya sea trabajando, oyendo música o paseando. Somos muy pausados, por eso digo que el Carlos Calero de la televisión es muy parecido al Carlos Calero de la casa, aprecio estar con mi pareja, mis hijos, padres, hermanos y sobrinos cuando se presenta la oportunidad”.
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