El inolvidable café de Nancy
Dos generaciones detrás de un lote de café de alta calidad. Un lote del mejor grano, un lote único, ahora se está distribuyendo. Las dos generaciones están constituidas por los esposos Nancy Muñoz y Marcial Buitrón, y su hija Belby. En Bruselas, al sur del Huila, está su finca Potrero Grande. En ese lugar de 25 mil árboles, todos los días, padre y madre se despiertan cuando el cielo amaga con ponerse blanco. En un colador de tela y en una olla preparan el primer tinto, con un radio de pilas de compañía. Solo dos utensilios para probar un buen café mañanero. La preparación es lo de menos. El chiste está en producirlo y que quede como ellos quieren. Ajustarlo a su exigente paladar. En un rincón de su cocina hay medio bulto que trajeron de sus cafetales.
Los Buitrón Muñoz tienen la dicha de tratar con sus manos lo que más les gusta tomar. “Para empezar a producir nuestro café, primero compramos la finca. Nos pusimos a analizar un lote para sembrar café. De ahí escogimos los mejores árboles de la finca para seleccionar la semilla”, sostiene Nancy. “Luego de que se hizo el germinado, las plantas crecieron. Con mi esposo siempre hablamos que queríamos sacar una buena calidad de café y él me decía que eso es muy difícil, y yo le decía 'pero por qué'. Que porque tiene mucho tratamiento. Organizamos un beneficiadero y luego un secadero para empezar a sacar calidad”.
En Bruselas lo tiene todo: su esposo, su finca y su hija, quien divide su tiempo entre sus estudios de contaduría y el cafetal.
El riesgo que corrió esta mujer hoy tiene sus frutos. Había invertido sus ahorros en la finca. La Federación Nacional de Cafeteros empezó a trabajar con ella en 2005. Le compró café de calidad regular. Pero Nancy no se conformó con un negocio estable y quiso ponerse a prueba en la Taza de la Excelencia, concurso que realizaron en Pitalito. Su cuarto lugar fue el abrebocas de lo que estaba por venir. Su puntaje de 88,50 frente al 90,44 del primer puesto no la amilanó. Continuó trabajando en optimizar el cuidado y mejorar el sabor. Una tarde recibió la visita inesperada de un japonés. Quería ver su proceso, sobre todo el secado.
La Federación Nacional de Cafeteros asigna un asesor a cada finca productora de café. El de Nancy se llama Avelino Mora. “Él detecta en dónde está el buen café, para ver si lo venden estándar o premiun. A Avelino le gusta nuestra finca porque somos muy ordenados y eso se ve reflejado en la calidad del café”, dice Marcial con orgullo.
"Yo voy a otro lugar a tomar café y lo pienso muchas veces para tomármelo. Lo hago por pena, por no rechazarlo. El aseo influye en la calidad del café" Nancy Muñoz.
Son varios detalles que no se les pueden escapar a los cafeteros. Por más pequeño que sea, una falla puede echar a perder un lote entero. “En la limpieza está la clave. Lavamos el grano y lo seleccionamos con cuidado. Somos cuidadosos en los pasos, desde el sembrado, el secado y la selección”, confiesa Nancy.
Su próximo objetivo es ocupar el primer lugar de la Taza de la Excelencia en su natal Pitalito. De lograrlo en octubre próximo, ella y su familia cerrarían un año de ensueño. Por personas como ella, su departamento es el primer productor del país, por encima de Quindío y Risaralda. Y café de calidad, como Nancy lo quiere en su taza y en la del resto de colombianos.
Fotos: Juan José Horta.