El video grabado en la ciudad de Barcelona, se filmó durante dos días completos. Días que para la cantante, parecieron una completa catarsis, pues confiesa haberse sentido libre y simplemente ella. No hubo un plan establecido, haciendo del rodaje toda una aventura compartida.
Con patines deslizándose por el pavimento y montándose en una moto de un perfecto desconocido, la barranquillera dijo que necesitaba "hacer algo más espontáneo".
Shakira se sumergió en el mar al final del día y con ella, todas las personas que estaban alrededor, invitando a todos a la locura y a simplemente liberarse. Siguiendo esta idea, la artista, ha convocado a la gente a participar mostrándose ellos mismo como "locos".
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