En 2012 Madonna publicó su primera película como directora de cine, W.E, haciendo referencia a la relación entre Eduardo VIII y la socialité Wallis Simpson como el romance del siglo XX. Pero, aunque su amor quisiera retratarse como algo digno de novelas, lo cierto es que son más las intrigas y críticas que despierta.
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El motivo principal se debe a que Eduardo es el único rey en la historia, al menos occidental, en haber abdicado a su título, tal y como se puede apreciar en la película ganadora del Óscar, ‘El Discurso del Rey’. El primer hijo de Jorge V tuvo un breve reinado, desde el 20 de enero de 1936 hasta el 11 de diciembre del mismo año, tan solo 326 días siendo la cabeza del Reino Unido, los Dominios Británicos de Ultramar y emperador de la India, de hecho, jamás fue coronado oficialmente.
Eduardo, antes de ser nombrado rey, se perfilaba como uno de los grandes galanes en el mundo entero, de hecho, su estilo y carisma lo hacían lucirse como si se tratara de una estrella de cine. Además, tuvo un buen desempeño en la Primera Guerra Mundial, por lo que muchos creerían que tenía madera para lo militar.
Su padre no quería que reinara
Sin embargo, poco a poco fue mostrando cierta rebeldía que pareciera no acomodarse a lo que se espera del encargado divino para llevar la preciada corona. De hecho, ni siquiera su padre deseaba que él ascendiera, “Ruego a Dios que mi hijo mayor [Eduardo] nunca se case ni tenga hijos, y que nada se interponga entre Bertie y Lilibet y el trono”, se lee en las memorias de la condesa Mabell Ogilvy, Thatched with Gold.
El motivo de la abdicación podría verse netamente relacionado con su relación con la estadounidense, principalmente porque no era algo deseado por el Gobierno y la corona, sobre todo porque era una mujer que se había divorciado dos veces, “Me ha sido imposible llevar la pesada carga de la responsabilidad y cumplir con mis deberes como rey como me hubiera gustado hacer sin la ayuda y el apoyo de la mujer que amo”, expresó en su discurso de abdicación.
Su conexión con Adolf Hitler
Pero también, una razón principal podría ser su relación cercana con la Alemania nazi, “Toda la cuestión de la boda fue una fachada falsa que el primer ministro Baldwin utilizó para librarse del rey porque era proalemán”, expresó en unas cartas Joachin von Ribbentrop, ministro nazi y supuesto amante o enamorado de Wallis, a Adolf Hitler.
Eduardo tenía una relación con Alemania incluso antes de que empezara la Segunda Guerra Mundial, hay unas polémicas fotos de él, acompañado de Wallis Simpson, visitando y reuniéndose con Hitler en octubre de 1937, y lo más llamativo es que en una de las instantáneas el Duque de Windsor aparecía haciendo el saludo fascista.
Aquí la gran pregunta es: ¿cuáles eran los motivos para que el exmonarca mantuviera contacto con el nazismo? Para empezar, como diversos aristócratas de la época, odiaba el comunismo y temía que la revolución rusa llegara a Inglaterra, pero, por otro lado, estaba un motivo más personal, la enemistad que había generado tras su abdicación con la familia real, vale tener presente que la corona se negó absolutamente a darle el trato de “su alteza” a Simpson.
Por ejemplo, la historiadora Carolyn Harris afirma que Eduardo en realidad no simpatizaba con los nazis, pero quería opacar a su hermano, el rey Jorge VI y ser alguien que se mantuviera relevante a nivel internacional.
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Hay diversas declaraciones en las que el tío de la desaparecida reina Isabel II declara su simpatía con el líder supremo nazi, “Si Hitler fuese derrocado, sería verdaderamente trágico para el mundo. Hitler es el líder adecuado y lógico para el pueblo alemán, es un gran hombre. Dígale al señor Roosevelt que, si propone una oferta de intervención por la paz, el duque de Windsor promulgará inmediatamente un alegato apoyándola, y con ello comenzará una Revolución en Inglaterra que obligará al gobierno a alcanzar la paz”, dice una entrevista para la revista Liberty.
Además, el biógrafo Andrew Morton, creía que el duque “guardaba simpatías sin duda... incluso después de la guerra pensaba que Hitler era un buen tío y que había hecho un buen trabajo en Alemania, y también era antisemita, antes, durante y después de la guerra”.
Entonces se podría decir que Eduardo fue un peón que los nazis tenían en gran consideración para llegar a tener influencia en Inglaterra, tanto así que se presume que le ofrecieron un plan para que volviera a ser rey. Evidentemente eso nunca pasó, y el primer ministro inglés se vio obligado a enviarlo a Bahamas como embajador durante la Segunda Guerra Mundial, luego los Aliados ganaron dicho conflicto y todo quedó en fantasías.
