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“El arte es una fuerza transformadora y conciliadora", Claudia Hakim

La directora del Mambo, considera que mientras el conflicto siga, será más difícil fijar la atención en el arte.

Por Redacción Cromos

19 de octubre de 2016

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El arte tiene manos de cirujano. Manos atrevidas, capaces de escarbar por dentro. Su efecto sobre el público es comparable al de un accidente de tráfico que fractura. Así lo cree la artista Claudia Hakim. Lo explica en palabras sencillas y anticipa sus efectos: “El arte es una fuerza transformadora y conciliadora, es un modo de expresión, es una herramienta de tolerancia. El artista como creador siempre deja un beneficio”. Claudia es menuda y elegante. Piensa antes de hablar y cuando explica una idea lo hace de corrido. Cuando termina da la impresión de guardarse palabras. Según ella, “las obras de arte tienen un poder transformador, sobre todo en días de incertidumbre. Si lo orientamos hacia la convivencia, desde el diálogo interior, la vida será distinta”.


Los lunes Claudia va a su taller. El último estuvo precedido por el plebiscito. Se trató de un comienzo de semana singular. Hubo sorpresa, amargura, resignación, silencio. Optimismo en el caso de Claudia. “Tengo fe y esperanza, la paz de Colombia no se echará para atrás. Ya hay un largo camino ganado. Entiendo que haya desasosiego en las calles, que haya que volver a definir un rumbo”, explica. Un artista emprendedor es diferente a los demás, como Claudia. Además de escultora, ella creó la galería NC-Arte y es directora del Museo de Arte Moderno de Bogotá, Mambo. Se ha forjado destinos, justamente en busca de experiencias y sensaciones. 


Una de las sensaciones es la paz. Cuando no se halla en las calles ni en casa, ¿en dónde encontrarla? El arte ofrece respuestas individuales. Es una puerta de escape en una realidad estratificada, intranquila, en la que, según Claudia, “la seguridad es esquiva, así que se apaga la curiosidad, hay distracción y movimientos en el sentido equivocado”. 

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Hace cinco años le regaló a la ciudad un espacio para llevar a las artes plásticas y visuales a su máxima expresión. A través de NC-Arte entraron al país obras dinámicas como Almacén de corazonadas, del mexicano Rafael Lozano-Hemmer. Consistía de 200 bombillos atornillados al techo de un salón. Cada uno se iluminaba con un artefacto que medía el ritmo cardiaco de los asistentes. Por cada bombillo había un ritmo cardiaco. Es decir, una persona. Al final, acumulados los 200 asistentes, el techo terminaba completamente iluminado, palpitante, dibujando latidos humanos. “Me gustan las experiencias instantáneas, más que lo puramente contemplativo. Las exposiciones dinámicas representan el arte de hoy. Su carga estética es impactante e inmediata”. 

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Su gestión en la galería la llevó a dirigir el Mambo, cargo en el que ya se nota su línea editorial. El modelo que arrancó en NC-Arte lo está replicando y quiere que los bogotanos se apropien del museo. “El Mambo era la casa de los artistas colombianos, desde Beatriz González hasta Doris Salcedo. Ellos y la gente se fueron alejando y el museo fue perdiendo peso frente a sus pares en la región”, dice la graduada en arte de la Universidad de Los Andes. “Mi objetivo es que sea un lugar de convocatoria, en el que la gente pueda interactuar, que se conecte consigo en medio de tantas emociones encontradas”.
Para que el arte no solo pertenezca a un nicho, invita a los artistas colombianos a que exploren las herramientas de la tecnología actual. Está convencida de que el público sentirá la obra más cerca en la medida en que pueda relacionarse de diversas maneras con ella. “Al artista nuestro, muy reconocido en dibujo, pintura y escultura, le falta innovar, con investigaciones a fondo”, concluye.  

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En primera persona

En el arte convergen los artistas y el público; ambos se ven reflejados en la coyuntura de su país. Nadie es ajeno a lo que sucede a su alrededor. Es imposible mantenerse al margen. El arte tiene un poder transformador grande, con o sin paz. Es su principal característica. Todos necesitamos de él, lo notas cuando entras a un museo o a una galería; cambia tu actitud, la manera de ver las cosas, te sientes atravesado. Los invito a los museos colombianos, en cada uno encuentras sensaciones diferentes

 

Foto: Daniel Álvarez.

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