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El colombiano que puso de moda la salsa en Londres

Saúl González logró que los ingleses se arriesgaran a probarlo y ahora lidera, junto a Sabine Traboulsi, una exitosa escuela de danza que fue premiada como la mejor del año en los premios Lukas 2014

Por Redacción Cromos
24 de diciembre de 2014
El colombiano que puso de moda la salsa en Londres

El colombiano que puso de moda la salsa en Londres

Siempre anuncian la posibilidad de un aguacero. Además, desde octubre y hasta abril, por sus calles transita un viento frío que hace que uno sienta la piel cubierta de hielo. Es una ciudad gris con temperaturas que invitan a quedarse al lado de la chimenea en compañía de un chocolate caliente. No obstante –y por fortuna–, también es una urbe despierta, viva y diversa, abierta a recibir calor y color de donde venga. A eso llegó Saulo González hace diez años: a contagiar a los londinenses –y a los latinos– con el sabor y la energía de sus raíces caleñas.

A los 10 años, Saúl viajó de Colombia a Holanda en busca de algo más grande de lo que les ofrecía Cali. Su mamá había viajado primero y cuando encontró oportunidades se llevó a sus hijos. Pero Ámsterdam era una ciudad demasiado tranquila, demasiado silenciosa, demasiado sosegada. A él le hacía falta el caos latino, así que, cuando su hermana lo invitó a Londres, empacó maletas sin dudarlo. Necesitaba cambiar de ritmo, presionar el acelerador. Y lo hizo al compás de la salsa.

Llegó a Londres y se sintió vivo otra vez. «Esa ciudad no para, nunca», le contó a CROMOS, feliz. En un principio trabajó con su hermana en un proyecto que buscaba guiar, a través del baile, a jóvenes que andaban perdidos en pandillas. Pero su hermana regresó a Colombia y él debió encontrar nuevos caminos, a los que llegó de la mano de Sabine Traboulsi, una francesa enamorada de nuestro país que pasó seis meses en Cali aprendiendo a bailar salsa. 

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Juntos crearon la escuela de salsa Cali Swing UK. Para hacerlo, él tuvo que entender la teoría de lo que hacía por inercia. Ella renunció a un trabajo como financiera en un banco francés. Se lanzaron al vacío hace cinco años, sin arnés ni cuerdas, con la intención de poner la salsa colombiana de moda. 

Era difícil. Bailar salsa caleña implica rapidez, agilidad física y mental, juegos de pies y combinaciones de pasos. Para los ingleses interesados en los ritmos latinos, era menos complicado aprender salsa en línea, esa que se ve en Nueva York o en Cuba y que durante décadas se ha enseñado en Europa. Así que el reto era que la colombiana se sintiera más social y menos desafiante y artística. Hay gente que quiere aprender para pasar un buen rato, no necesariamente para vivir de la danza. «Los ingleses son como robots, su vida está centrada en el trabajo, así que nuestra salsa llega como una válvula de escape», explica Saulo. 

Empezaron con modestia en el barrio Elephant and Castle en el sur de Londres, donde viven muchos latinos que se convirtieron en sus primeros clientes. Llevaban a sus hijos a clase y se encargaban de regar la voz.  El número de alumnos fue creciendo y, en la misma medida, aumentó la variedad de nacionalidades y de edades en el grupo. Ingleses, polacos, ucranianos, españoles, franceses y portugueses se atrevieron a probar el sabor caleño. «Los colombianos crecemos con esta música así que tenemos ritmo y nos movemos, pero eso no quiere decir que sepamos bailar –cuenta Saulo–. En cambio los europeos aprenden con un método y son tan cuadriculados, disciplinados y técnicos que aprenden a bailar muy bien. Poco a poco se les pega el sabor».

 

salsa si

 

En un principio solo eran Saulo y Sabine, pero el proyecto ha crecido tanto que ahora necesitan ocho instructores. Por una hora de clase cobran nueve libras esterlinas (32.000 pesos colombianos) y por dos, doce libras. Actualmente les enseñan a 20 niños, 40 jóvenes y 30 adultos que suben de nivel a medida que mejoran. 

Hay todo tipo de personalidades: están los tímidos que solo van a clases para liberar su espíritu; están los que crean coreografías y las presentan a sus familiares y amigos; están los que buscan salir de la rutina con sus parejas, y están los que deciden dedicarse de lleno al baile y empiezan a participar en competencias. Por eso hay horarios que se ajustan a las necesidades de niños, ejecutivos y papás. Cali Swing UK organizó, además, hace un par de meses, el primer «Salsa al parque» en el lindísimo parque Regent’s. 

El trabajo que hace este equipo colombofrancés es tan especial, que mereció los galardones a mejor escuela del año y a mejores profesores en los pasados premios Lukas –que destacan el trabajo de los latinos en Inglaterra–.  «Nos gusta mucho lo que hacemos y así nos hemos ganado el cariño de la gente».

 

Por Redacción Cromos

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